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Superioridad que no tuvo final esperado
Al término del primer tiempo quedó la sensación de que el Ciclón podía haber hecho más de lo que expuso en ese lapso. Es que la expulsión de Felipe Melo, a los cinco minutos, cambió la película del partido.
Jubero había preparado la estrategia con una zona de creación recargada, con tres hombres de marca y dos extremos, pensando en recuperar balones y generar contragolpes por intermedio de la velocidad de Ruiz y Rojitas, pero imprevistamente, y a consecuencia de haber quedado con un hombre menos, el local retrocedió unos metros y regaló la pelota y terreno a los azulgranas. Además en todo momento buscaron incidentar el compromiso.
Lo peor que le puede pasar a un equipo es tener el control del balón y no saber qué hacer con él, y algo de eso pasó con Cerro. De todas maneras, el equipo paraguayo tuvo chances para abrir el marcador. En una ocasión “Topo” dejó solo a Ruiz, que remató desviado, y en otra un centro de Arzamendia encontró el cabezazo de Churín que fue a las manos de Weverton.
Palmeiras también pudo marcar tras fallar Víctor Cáceres, pero Silva desvió el remate de Willian.
En la complementaria, el ingreso de Novick por la lesión de Rodrigo le cambió la cara a Cerro, que llegó al gol a través de Arzamendia a los 11 minutos.
Cerro se fue adelante una y otra vez y mereció largamente el segundo tanto, pero estaba escrito que quedaría eliminado y todas las ocasiones frente al arco brasileño fueron desperdiciadas. Así el Ciclón se fue de la Copa dejando buena imagen, ante un rival que solo buscó incidentar, incluso hasta el final.