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Independiente y Luqueño, neutralizados
El espectáculo fue bueno, al registrarse numerosas ocasiones de gol y algunos hechos llamativos, como el paro del encuentro para una mejor ubicación de la hinchada auriazul, que acudió en gran número al coliseo campograndense.
Luqueño estuvo mejor al comienzo y, tras un servicio aéreo de Vergara, Guido Di Vanni llegó al tanto con una “peinada”.
El pecado auriazul fue no haber aprovechado su momento, sobre el final del primer tiempo, en el que fue dominador. El “Mono” Brítez desaprovechó dos chances claras.
En la complementaria mejoró el “Inde” y empató mediante Francisco García, al aprovechar un rebote de Tobías Vargas, protagonista de salvadas providenciales.
El Sportivo quiso ganar, pero no pudo. Es que sus jugadores alternativos, lejos de mejorar el rendimiento, lo decrecieron.
El árbitro Carlos Amarilla sancionó un penal por agarrón de Godoy a Aguilar, pero el banderín de Óscar Viera estaba levantado, por posición adelantada.
Al final, los auriazules se retiraron “masticando bronca”. Es que no ganan y los empates tienen solo un valor relativo. El dueño de casa pareció conforme con el 1-1.
El Luqueño actual no se merece estar en la zona roja, por conducción técnica, logística y acompañamiento, pero el arrastre de las malas campañas lo ubica en un sitio complicado, del que está en condiciones de salir.
Sin concentración en Campo Grande
El empate de ayer ante Luqueño de alguna forma apagó el incendio en Independiente, cuyos futbolistas se negaron a concentrar el sábado, en reclamo del pago de los premios de las últimas presentaciones. La dirigencia campograndense, que reconoce la deuda, considera que no fue una medida feliz la que adoptó el grupo, por lo que se tomarían algunas medidas para evitar dañar la imagen de una institución que se maneja con lo justo en términos económicos.