El clásico de todos los tiempos

Apenas al año siguiente de su ingreso a la entonces Liga Paraguaya de fútbol, Cerro Porteño ya tuvo enfrente a Olimpia en una definición por el título. Al término del torneo de 1914 los acérrimos rivales terminaron el torneo con 15 puntos cada uno y tuvieron que disputar tres cotejos extras para dilucidar el cetro. En los dos primeros se produjeron sendos empates de 2-2 y 1-1 y Olimpia en la finalísima pudo superar al Ciclón, por 3-2 para dar la vuelta olímpica. De esa manera se iniciaba una rivalidad que se perpetuó hasta llegar a los tiempos modernos.

Nace el Ciclón. No transcurrió mucho tiempo para que el Azulgrana se tomase venganza sobre el Decano. En el campeonato de 1915, un año después del éxito olimpista, nuevamente los clásicos contendores arribaron a la final igualados en 12 unidades y hubo necesidad de dos cotejos extraordinarios. En el de ida igualaron 1-1, en cancha de Sol de América. En la vuelta, jugado en la quinta Stewart de Nacional, nuevamente igualaron 4-4. Se tuvo que recurrir a un tiempo suplementario de 30 minutos y el once cerrista anotó tres goles más en los últimos cinco minutos de este lapso adicionado, para adjudicarse el encuentro y el campeonato. Así nació el mote de Ciclón para el club azulgrana.

Hegemonía de 59 años. El triunfo cerrista de 1915 marcó el inicio de una larga hegemonía, en cuanto a definiciones mano a mano a favor de Cerro Porteño contra Olimpia, que se extendió hasta 1974, cuando el Ciclón obtuvo el tricampeonato. La superioridad del club de barrio Obrero sobre el de Para Uno duró casi seis décadas.

Goleada histórica. El campeonato de 1937 se adjudicó Olimpia, sin embargo, en ese torneo sufrió la mayor goleada en partidos entre los clásicos rivales. Fue 8 a 1 a favor del Ciclón en cotejo jugado en el estadio Adriano Irala, el domingo 18 de julio, ante 5.000 personas (10ª fecha, 2ª rueda). Ya el primer tiempo había concluido 4-0 y el Decano terminó el duelo con diez jugadores. Expulsado el arquero franjeado Galeano, pasó a ocupar el arco Gabino Morín y al lesionarse el defensor González, este entró en el arco en vez de Morín. Los tantos para el azulgrana anotaron Pedro Osorio, 4 (quien posee junto a Dante López el récord de mayor anotador en un solo partido entre tradicionales. Dante anotó 4 a favor de Olimpia en el 2005), Martín Flor, 2, Domínguez y Vera. Descontando para el Decano Flaminio Silva de penal.

Triangular definitorio. En 1961 terminaron empatados al final del torneo Cerro Porteño, Olimpia y Sportivo Luqueño y tuvieron que disputar un triangular para definir al monarca. El Decano había obtenido cinco campeonatos al hilo entre 1956 y 1960 y venía decidido a extender la hegemonía. El minitorneo fue a dos ruedas y los tradicionales empataron 2-2 en la primera confrontación. En el cotejo de revancha triunfó el Ciclón por 4-0 para quedarse con el cetro de campeón.

Tricampeonato del azulgrana. Entre 1972 y 1974 el Ciclón consiguió el segundo tricampeonato de su historia y en las tres definiciones los tradicionales estuvieron frente a frente. El delantero argentino de Cerro Porteño, Mario Ricardo Berón, quien tiempo después vestiría la franja de Olimpia, fue gran protagonista al hacerse sentir en el marcador en las tres definiciones. En 1972, el Ciclón triunfó 3-1 y a los cinco minutos ya ganaba 2-0 con anotaciones del gran Saturnino Arrúa y Pedro Alcides Bareiro. En la complementaria Berón hizo el tercero y descontó Benito Sandoval para el Franjeado. En la final del 73, Berón anotó para el solitario 1-0. Al año siguiente el triunfo del Ciclón fue por 2-1, con anotaciones de Carlos Jara Saguier y Berón de nuevo, empatando parcialmente para el Decano, el volante Luis Martínez.

Se rompe hegemonía. En 1980 se rompió la hegemonía cerrista sobre el Decano en partidos consagratorios. El título se definió en dos cotejos. El primero concluyó 0-0 y en la revancha venció Olimpia por 2-0. Julio “Pastelito” Díaz y Miguel María Michelagnoli anotaron antes de los 10 minutos, y los olimpistas dieron la vuelta olímpica.

Desde los 11 metros. En la temporada de 1994, por primera vez en el historial de los clásicos, se definió el campeonato desde la tanda de los penales. Las dos finales terminaron empatadas (0-0 y 1-1) y luego de la segunda igualdad tuvieron que recurrir a los disparos desde los doce pasos ganando el Ciclón por 4-3.

Inmediata revancha. La venganza decana de esa pérdida del 94 se produjo 12 meses después al superar por la misma vía (la de los 11 metros) al Ciclón tras dos cotejos finales. En diciembre de 1995, el conjunto de Para Uno venció 2-1 primero. En la revancha triunfó el Azulgrana 1-0, para llegar a la tanda de los penales, saliendo triunfante Olimpia por 8-7.

Tres para el Decano. Entre 1997 y 1999 Olimpia superó a Cerro Porteño en partidos extras y sin necesidad de recurrir a la tanda de los penales. Los resultados del 97 fueron 1-0 para el franjeado y 1-1. En el 98, 2-2 y 3-1 para el conjunto de Para Uno y en el 99, 1-0 y 3-2 para los olimpistas, completando la tripleta en serie de consagraciones a favor del Decano frente al Ciclón.

Así el Decano lavó la afrenta que significó, un cuarto de siglo antes (entre 1972 y 1974), el tricampeonato conseguido por el club de barrio Obrero. Con la tripleta franjeada quedó igualado en seis para cada entidad las definiciones entre los dos grandes.

Cerro desnivela. El Ciclón se adjudicó el título del Apertura 2012 al vencer a Olimpia en la 22ª y última fecha, por 2-1 y desequilibró a su favor 7 a 6, los mano a mano definitorios ante su tradicional rival. Santiago Salcedo de penal y Jonathan Fabbro de un impecable tiro libre dieron al Ciclón la 29ª conquista.

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