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Santaní, con versión mejorada
El espectáculo en su etapa inicial fue pobre, con un equipo auriazul bloqueado en ataque, sin ideas para imponer la localía. Parecía más aplomado Santaní, que tuvo llegadas con mayor frecuencia, aunque la jugada de gol más clara fue del Sportivo, con un contragolpe en el que Armoa asistió por izquierda y por la otra punta no pudo cerrar el chico Ibarra.
El complemento fue más entretenido. La actitud de Luqueño fue distinta y al adoptar un rol protagónico, fue generando oportunidades para marcar la diferencia. El argentino Orsini dispuso de las mejores ocasiones pero no estuvo fino, pero en absoluto se le puede cuestionar la falta de entrega. El partido estaba para cualquiera de los dos. Los auriazules siguen sin convencer jugando en casa, como que todo le cuesta más.
Para Santaní, fue una prueba superada. Buen debut de Mario Jara al frente del albinegro, aplicado, que no se metió atrás y que en los tramos finales propuso un interesante golpe por golpe. Queda mucho camino por transitar. Rivera intenta formar un conjunto luqueño competitivo, pero debe lidiar con las bajas y un plantel mal conformado, muy corto para una temporada que se iniciaba con doble competencia.
“No es lo que queríamos”
El entrenador de Luqueño, Eduardo Rivera, se retiró con un sabor agridulce tras la igualdad sin goles. “No es lo que queríamos. Santaní se paró muy bien y cerró los espacios”, dijo.
“Tuvimos dos a tres oportunidades importantes, pero no pudimos marcar”, consignó el DT, quien cree que el grupo siente el desgaste por las presentaciones seguidas.
“Luqueño viene de jugar cuatro partidos en 12 días, es demasiado. Lo importante es que no se perdió, tratamos de ir mejorando sobre todo en el aspecto físico, que es nuestro déficit. Estamos trabajando contra reloj debido a los partidos continuos”, indicó Rivera, quien mencionó que la sanidad tiene mucho trabajo por los lesionados: Alexis Rojas, Nelson Cabrera, Joel Benítez y Fredy Bareiro. “Con un plantel reducido, no es fácil”.