El Rey se queda sin corona

Olimpia resignó la conquista de la cuarta Libertadores al perder en definición por penales 4-3 ante Atlético Mineiro, que había ganado 2-0 e igualado la serie final. El Decano jugó los últimos 5 minutos y todo el suplementario con un hombre menos, por la expulsión de Julio Manzur.

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Durante los 90 minutos, el cuadro franjeado tuvo algunas ocasiones de anotar, pero falló en los remates finales, mientras que una pifiada de Pittoni, el héroe en el partido de ida, posibilitó el primer gol del Atlético Mineiro, que a través de puro entusiasmo y apoyado por su fervorosa hinchada logró el segundo tanto a tres minutos del final.

Olimpia fue guapo, pero esta vez falló en los momentos decisivos, como los penales que desperdiciaron Herminio Miranda y Matías Giménez en la serie definitoria.

En la primera fracción, Olimpia se paró muy bien atrás para contrarrestar las embestidas del rival, que manejó bien los hilos del partido a través de un dinámico Ronaldinho que metía balones al área franjeada, aunque sus compañeros en muchas ocasiones no supieron seguir la jugada. Bernard era puro entusiasmo, pero sin final. La única ocasión de gol del Atlético Mineiro se produjo en el segundo minuto de juego, cuando Tardelli desbordó por derecha y lanzó un centro rasante que ninguno de sus compañeros pudo cerrar.

De a poco, los dirigidos por Éver Almeida fueron nivelando el juego, hasta que tuvieron dos situaciones propicias para anotar. Al cuarto de hora, el Zorro quedó habilitado frente al arco, pero su remate pegó en la humanidad del golero. El rebote le brindó otra posibilidad, pero fue desequilibrado por un rival. A los 33, Ale Silva invadió nuevamente el área, como en Asunción para el primer gol, pero esta vez su remate esquinado fue bien interceptado por Víctor.

En el segundo tiempo, un mal despeje de Pittoni dejó servido el balón para que Jó rematara solo y venciera al buen arquero Martín Silva, quien minutos después vio cómo un cabezazo pegaba en su travesaño. Mineiro era puro entusiasmo, y los hinchas hacían temblar las gradas del estadio. Olimpia se defendía como podía, pero no tardó para frenar el aluvión que pretendía imponer el DT Cuca con los ingresos de Rosinei, Alecsandro y Guilherme.

El Tanque Ferreyra le dio más peso ofensivo al franjeado, aunque costaba llegar limpio hasta la portería. El partido se volvió un ida y vuelta, con Olimpia que luchaba con pundonor. El árbitro colombiano Roldán comenzaba a mostrarse muy permisivo con los brasileños, ignorando muchas faltas. A los 76’, Martín Silva salvó otro cabezazo.

A los 83, Tanque tuvo el gol, pero tras eludir al arquero se resbaló en una pista mojada, que fue regada antes del partido. Al minuto siguiente fue expulsado Manzur por frenar una entrada de Alecsandro. A tres minutos del final vino el segundo gol, con un cabezazo del zaguero Leonardo Silva. Olimpia aguantó de pie los minutos restantes.

En el tiempo suplementario, el cuadro de Belo Horizonte arrimó mucho peligro con jugadas aéreas aprovechado la envergadura física de Jó y Alecsandro y que ya no estaba Manzur. A los 8, el travesaño le volvió a salvar a Olimpia tras un cabezazo de Rever. El Decano tuvo algunos chispazos y hasta un tiro libre de Pittoni, que no estuvo acertado como otras veces. Así, los olimpistas aguantaron la igualdad con un hombre menos hasta llegar a los penales, que esta vez fueron malditos para los franjeados. Mérito lo de Olimpia, aunque no haya ganado la cuarta Libertadores.

LAS CLAVES

La expulsión de Manzur. Hasta entonces, estaba sacando casi todas las pelotas aéreas, pero unos minutos después de ver la tarjeta roja se produjo el segundo tanto del Mineiro, a través de un cabezazo de Leonardo Silva. Faltó poco para que la línea defensiva de Olimpia se llevara las palmas.

Las jugadas aéreas. El equipo del Mineiro adquirió como sistema de juego el centro, cabeza y gol. Por esta vía, que es practicada mucho por equipos paraguayos, llevó los mayores peligros a la portería de Martín Silva, quien vio en varias jugadas cómo el travesaño hacía rebotar balones y negaba más goles al cuadro brasileño.

El dinamismo de Ronaldinho. Fue el eje por el que giró todas las jugadas del Atlético. Aunque no estuvo acertado en los tiros libres, metió muchas pelotas al vacío para sus compañeros, que unos supieron agarrar y otros no interpretaron la jugada. Ronaldinho estuvo bien complementado en la generación de fútbol con Diego Tardelli.

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