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El fútbol paraguayo sigue recibiendo golpes, por la falta de preparación, principalmente de los adultos encargados de guiar a los jóvenes, porque si bien muchos ya compiten a nivel profesional, necesitan ser guiados de manera correcta para un buen funcionamiento colectivo. La propuesta de la Albirroja júnior en el evento fue muy pobre, independientemente a las malas condiciones de los terrenos, una dificultad con la que lidian todos los equipos intervinientes en el “Juventud de América”.
La campaña comprende dos derrotas, las sufridas contra Brasil (3-2) y Ecuador (1-0); un empate, que fue ante Colombia (1-1) y una victoria, alcanzada sobre Chile (2-1), que abrigó ciertas esperanzas de una mejoría, que al final no se dio.
“Es razonable pensar que se tenía que jugar mejor”, expresó el entrenador Pedro Sarabia en conferencia de prensa, tras la eliminación del jueves con la caída contra los anfitriones. En ningún momento se vio la mano del técnico, quien significó que en ningún momento priorizaron jugar excelente en el torneo, sino sacar puntos para llegar al hexagonal. Ni una cosa ni otra. Jugando bien, las posibilidades de éxito son mayores. No se puede ganar como sea; no es el mejor mensaje para los chicos.
Esta experiencia es para el olvido, independientemente a la garra que pusieron los jugadores en el tramo final del último duelo y que es una característica paraguaya.
Anoche, la delegación encabezada por los directivos Javier Díaz de Vivar y Julio Zacarías, viajó vía terrestre de Ambato a Quito. A las 06:00 será el traslado aéreo de la capital ecuatoriana a Panamá, desde donde saldrá el vuelo a las 15:30 para llegar a Luque, a las 23:30, siempre y cuando se cumplan los horarios, porque generalmente suelen registrarse algunas variaciones.
El proceso, iniciado con Gustavo Morínigo, continuado por Carlos Humberto Paredes y luego por Pedro Sarabia, se corta. Y pierden todos, los profesionales del cuerpo técnico, los jugadores y especialmente nuestro balompié. Se impone una urgente revisión para enderezar el rumbo, porque la imagen del fútbol guaraní está cada vez más deteriorada.