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Un “déja vu” sombrío que deja un nudo en la garganta a los albicelestes. Se trata de dos momentos casi idénticos separados por 361 días y más de 12.400 kilómetros de distancia donde carcome la incertidumbre por que el final apoteósico del primero ante Nigeria se repita ahora con prácticamente los mismos protagonistas frente a Qatar esta tarde, a las 15:00, en Porto Alegre.
La aplastante presión que se cierne sobre la Albiceleste es evitar el fracaso histórico que representa caer eliminada en la primera fase de un gran torneo. Argentina llega a la última jornada de fase de grupos con solo un punto de seis posibles, por lo que prácticamente solo le vale el triunfo para no complicarse la existencia. Un empate le haría depender de otra carambola para pasar a los cuartos de final.
En el cuadro argentino están prácticamente las mismas caras largas y taciturnas. No hablan. Mutis por el foro. El hermetismo es casi absoluto, y solo abren la boca en las vísperas de los partidos para las conferencias de prensa oficiales, por órdenes del guión que marca la Confederación Sudamericana de Fútbol.