Más allá de que guste o no el equipo que pondrá el entrenador Francisco Arce, la Albirroja debe tener la convicción de que puede imponerse ante un adversario que tiene el amplio favoritismo y más como anfitrión. Que los “livianitos” que eligió “Chiqui” sepan volar en el campo de juego de un estadio que con seguridad va a albergar a más de 50.000 aficionados. El terreno es complicado y por demás adverso, pero los que van tomando la posta en la selección deben entender de una vez por todas que esa camiseta fue respetada y que la jerarquía se debe recuperar sea donde sea, ante el adversario que fuese.
Argentina viene de empatar de visitante con Perú. No estará el ídolo Lionel Messi, pero eso no resta poderío a un equipo que también presenta bajas obligadas e importantes en el fondo
Nuestra formación es distinta a las anteriores. Es un cuadro que debe ser ofensivo y es esa la actitud que debe tener, ser irreverente en la cancha para intentar marcar diferencia desde un principio, sin descuidar el equilibrio y no chocar con golpes que al final pueden ser lapidarios.
Las cartas están echadas en la mesa. Un triunfo fortalecerá enormemente las chances de clasificación, para llegar al último combo del año (Perú y Bolivia), con dos encuentros en los que se puede apostar a conseguir incluso más de cuatro puntos y esperar el 2017 cerca o, por qué no, en zona de clasificación. ¡Vamos, Albirroja!
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