Un partido en el que se jugaban puntos demasiado importantes no podía ser dirigido por un árbitro novato; Lastimosamente, el joven Édgar Barreto no supo encausar el juego y provocó el nerviosismo dentro y fuera de la cancha, en primer término, por no animarse a cobrar una clara falta dentro del área de Cerro de Franco, y la dio afuera.
Esa jugada rápidamente quedó para la anécdota, por el golazo de Esteban Ramírez, que adelantó a los “Potros”, que parecía encaminarse a una tranquila victoria, por la ineptitud que mostraba la visita.
Elías Moreira había ingresado por Portillo, ya en el primer tiempo, y se mostró muy osado en la delantera, y al iniciarse nada más la etapa final, puso la igualdad, tras pase de Godoy.
Carapeguá se desdibujó, y los azulgranas aprovecharon para convertir el segundo, nuevamente por intermedio de Moreira, esta vez con un cabezazo, que al parecer despertó al local, que igualó inmediatamente con un derechazo de David Pereira, quien acababa de ingresar.
Los últimos minutos fueron de gran lucha en pos del triunfo de parte de los jugadores de ambos equipos, quienes fueron reconocidos por los asistentes, no así los que trataron de impartir justicia en la cancha.
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