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Cuatro goles, jugadas frente a los arcos, errores y atajadas de los goleros, y un tiempo para cada equipo, fue el saldo del 2 a 2 entre capiateños y trinidenses.
Empezó con un intenso ida y vuelta, hasta que Gustavo Velázquez dio un pase que pegó en la mano de Federico Acuña; el penal lo anotó Diego Godoy para Rubio Ñu. Pero apenas movieron el balón, Julio Irrazábal avanzó y sacó uno de esos tiros que por el camino se nota que terminarán en gol, igualando las cosas.
De ahí en más, los escoberos empezaron a dominar las acciones, ante un visitante desorientado e inocente. Tras tiro libre de Irrazábal, un despierto Roberto Gamarra le gana a un dormido arquero Carlos Gamarra, anotando el segundo.
Teniendo como arquitectos a Carlos Ruiz Peralta e Irrazábal, para construir jugadas, los capiateños llegaban pero siempre hacían una de más o una de menos, inclusive el arquero Gamarra se reivindicó tapándole un mano a mano a su homónimo y verdugo.
Sobre el final del primer tiempo, Julio Domínguez anotó de cabeza la igualdad para los auriverdes, en colaboración con el arquero Carlos Servín que vio pasar el balón entre sus piernas.
En la complementaria, Rubio Ñu dominó las acciones, tocando y rotando, le escondió el balón a los capiateños a quienes se les acabó la batería. Carlos Servín tapó varias para no perder el invicto, ante un equipo de Trinidad que tuvo la fortaleza de recuperarse; sin embargo, ninguno pudo dar la puntada final.