Observando los modelos utilizados en otros países, para la cesión de los derechos de televisación del fútbol local, se puede afirmar que el de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) es el más pernicioso y negativo para los clubes paraguayos.
En primer lugar está la extensión del contrato. Si bien se trata de una renovación, antes la vigencia era de solo cuatro años. Sin embargo, Tigo consigue que, el 11 de agosto de 2011, la APF y Teledeportes Paraguay SA (Tigo) firmaran un contrato de cesión de derechos del fútbol paraguayo por diez años.
Comercialmente, resulta un despropósito que se firme un acuerdo que afecta a los derechos más valiosos que tienen la APF y los clubes, por un periodo tan largo, más aún considerando la dinámica y permanente evolución del negocio de las comunicaciones.
Fuentes del sector señalaron incluso que este contrato violaría el propio Estatuto de la APF, que en su artículo 22° habla de que la Asamblea no puede aprobar contratos que excedan el mandato del Comité Ejecutivo. Este contrato excede el mandato de dos Comités Ejecutivos.
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Los montos
Llama la atención también el monto fijo de G. 27.000 millones por año para la APF establecido en el contrato, cuando que cualquier aprendiz de administrador sabe perfectamente que el crecimiento del negocio de las comunicaciones es exponencial. Por ejemplo, la cantidad de suscriptores a la TV paga con derecho a ver los partidos de fútbol era en el 2011 de apenas unos 120.000. Actualmente están cerca de los 380.000 suscriptores.
Por eso sorprende que el contrato APF-Tigo representa hoy para la Asociación apenas US$ 4,9 millones y, en contrapartida, deje a la empresa privada cerca de US$ 30 millones. Es decir, no hay ningún equilibrio, ya que de todo lo que genera el fútbol paraguayo en materia de televisación, 85% va para la empresa privada, y apenas 15% para la APF.
Sin reajuste
Pero lo peor de todo es que el contrato APF-Tigo está fijado en guaraníes y no en dólares, siendo esto quizás lo más lesivo para los clubes, ya que en la medida en que se devalúa el guaraní, los equipos reciben menos divisas. Siendo que Tigo transfiere el costo de la transmisión del fútbol a los abonados en dólares, lo lógico hubiese sido que el contrato con la APF se fije también en moneda norteamericana.
Confidencialidad
Finalmente, y como guinda de la torta, el dañino contrato APF-Tigo posee cláusula de confidencialidad, por lo que los clubes deben conformarse con recibir números redondos del oscuro manejo que tuvo este acuerdo.
Para tener idea, la liga que genera más recursos en el mundo es también la más transparente. Se trata de la Premier League inglesa, que, con licitaciones abiertas cada tres años, ingresa para los clubes unos US$ 2.600 millones por año.
Los directos responsables
La firma del leonino contrato entre la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) y Tigo (Millicom) tiene dos directos responsables. El expresidente de la APF (2007-2014), Juan Ángel Napout, actualmente preso en EE.UU. por el caso FIFAgate, y su entonces vicepresidente Alejandro Domínguez, quien avaló todo lo actuado por el primero. Indirectamente, son responsables también los presidentes de los clubes, tanto los que estaban a la firma del acuerdo en el 2011 como los que vinieron después y aprobaron siempre los balances de la APF, sin cuestionar un contrato a todas luces perjudicial a los intereses de sus instituciones.
mvelazquez@abc.com.py
