Obligado por la historia
No es solo que ejerza de anfitrión; es que no ha habido ninguna selección brasileña que haya dejado escapar la Copa América cuando se disputó en el país. No fallaron en 1919, 42, 49 y 89, por lo que no sirven las excusas.
Ni la ausencia de Neymar, ni el aparente desánimo que provocaron las dos últimas actuaciones mundialistas. No hay excusa suficiente para que la Canarinha no vuelva a ser la gran favorita. Y Tite lo sabe.
Messi, bajo la lupa
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Por mucho que llegue respaldado por sus números en Barcelona esta temporada (Bota de Oro, máximo goleador en España), aunque se encuentre una selección en construcción, a Messi se le volverá a exigir el título. Cumplirá 32 años durante el torneo y, tras perder las dos últimas finales, comienza a agotársele el tiempo.
EL VAR, protagonista
Es una de las grandes novedades de la Copa América. Por primera vez se utilizará el VAR, un elemento que no es desconocido en Sudamérica (muchas federaciones ya lo incorporaron a sus competiciones) y que no acabará con la polémica –la última edición de la Copa Libertadores es un buen ejemplo– pero sí con goles que, como el conseguido por el peruano Raúl Ruidíaz en 2016 que eliminó a Brasil, hagan inevitable el error.
Con la vista puesta en Catar
Para Colombia, Paraguay, Ecuador o Bolivia la Copa América llega demasiado pronto, al comienzo de ciclos que deben asentarse en las eliminatorias. Carlos Queiroz, Eduardo Berizzo, Hernán Darío “Bolillo” Gómez o Eduardo Villegas debutarán en Brasil 2019 sin casi tiempo para imponer su esquema. Todos tienen la vista en las eliminatorias mundialistas, que comenzarán en marzo de 2020.
Catar, el anfitrión del Mundial, utilizará a su vez su primera participación en la Copa América para ganar roce internacional, mientras que para Japón el objetivo son los Juegos Olímpicos de Tokio, por lo que acude a la Copa América con un conjunto repleto de los sub 23.
Chile y Uruguay
La polémica ausencia de Claudio Bravo, el hombre que levantó los dos últimos trofeos de la Copa América, las dudas que ofrece el estado físico de Alexis Sánchez o las feroces críticas que ha tenido que enfrentar el colombiano Reinaldo Rueda desde que se hizo cargo de La Roja. Todo son problemas en el bicampeón.
Uruguay, al contrario, llega con un proyecto consolidado. Dejó una buena imagen en el Mundial y cuenta con una mezcla perfecta; los veteranos quieren despedirse con un título y los jóvenes ya son referentes en sus clubes europeos.