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Libertad no falló en su última parada en pos del título. El gumarelo liquidó muy pronto el partido frente a Luqueño en dos jugadas inspiradas de su goleador, José Ariel Núñez.
Al minuto de juego, el creativo William Mendieta generó la acción con el volante Eguren. El pase para Núñez, que en el área no perdonó y colocó la pelota en una esquina junto al palo derecho.
La superioridad gumarela era notoria, en el movimiento de la pelota y en la velocidad de sus hombres para pasar rápidamente al ataque. Si bien en defensa Libertad tuvo grietas, ese aspecto no pesó ya que Luqueño no ejerció nunca el asedio que hubiese exigido a la última línea liberteña.
Con un jugador luqueño caído (José Burgos) y una supuesta mano previa de Romero, se gestó un nuevo contragolpe de Libertad, en el que Núñez aprovechó uno de los tantos errores defensivos auriazules, para rematar nuevamente la jugada y poner el segundo gol a los 20 minutos.
Casi inmediatamente después del tanto, los nervios hicieron presa de Juan Abente, quien por una reacción innecesaria contra Romero terminó expulsado con roja directa.
La expulsión empeoró el panorama auriazul y prácticamente inclinó definitivamente la balanza a favor de Libertad.
El segundo tiempo fue de mero trámite. Libertad estuvo varias veces cerca del tercer gol, que no llegó, pero lo hecho hasta ahí fue suficiente para prender al estandarte gumarelo su estrella numero dieciséis.
“Ya nos daban por muertos”
Fue la frase más repetida en las declaraciones de los liberteños después del partido ante Luqueño. “Este es un título especial para mí, porque es un sueño cumplido. Solo me faltaba ser campeón con Libertad y este es el fruto de todo el sacrificio realizado”, expresó el goleador, José A. Núñez.
Todos agradecieron y dedicaron el título a sus respectivas familias.