Lo más pobre y ruin

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Luqueño y Trinidense no salieron de su escasa producción en el campeonato y empataron sin goles en el único partido sabatino por la fecha 14 del campeonato Apertura. En las gradas, los desubicados de siempre arruinaron aún más el espectáculo.

Un sábado sin emociones ofrecieron Luqueño y Trinidense, en el único partido de ayer por el campeonato Apertura. Ambos equipos mantuvieron el bajo nivel que los caracteriza en el presente torneo y expusieron en la cancha lo más pobre que se ha visto hasta ahora.

Como si fuese poco, en la tribuna que habitualmente ocupa el grueso de la hinchada luqueña los inadaptados que nunca desaparecen mostraron nuevamente lo más ruin, que daña a este deporte desde todo punto de vista, instalando la violencia ante el fastidio generalizado.

Uno de los jugadores que más aparecieron en función ofensiva, con cierta expectativa, fue Pablo Zeballos, de Luqueño. En el primer tiempo, Zeballos efectuó uno de los pocos remates hacia el arco, que salió cerca del pórtico de Roque Cardozo.

Una de las alternativas de cambio que utilizó Almeida en “Triqui”, Arnaldo Giménez, le dio trabajo al arquero Tobías Vargas, en un remate que el portero desvió por línea final, promediando el segundo tiempo.

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Ya cerca de la conclusión del partido el arquero Roque Cardozo realizó un par de tapadas que salvaron a Trinidense.

La jugada más espectacular la protagonizó Zeballos, al recibir la pelota en la medialuna del área rival, la bajó con el pecho y remató de chilena. Cardozo, retrocediendo y estirándose, logró desviar el balón por lo alto.

Al rato un nuevo remate, esta vez del volante Luis Matto, volvió a desviar Cardozo en una esquina. Ya sobre el tiempo reglamentario cumplido, otra vez Zeballos, llegando sobre la línea final, sacó un disparo en dirección al arco que, tras desviarse en un defensor, encontró nuevamente las manos del arquero Cardozo, para enviar otra vez la pelota lejos de cualquier posibilidad de gol.