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Para Luqueño cada partido es una final. Así lo entendieron anoche sus futbolistas e ingresaron decididos a dejar constancia de que no estaban para perder tiempo.
El Auriazul no dio espacio ni respiro a un desteñido y endeble equipo solense que no tuvo reacción ni ideas para alcanzar una mejor presentación.
Viera con potente cabezazo tras córner de Raponi desató la alegría entre los luqueños. Un tanto bien merecido por todo lo que ya había creado hasta entonces. Después, Luis Miño, en gran acción y con potente remate subió a 2-0 la diferencia.
La segunda etapa fue siempre Luqueño el protagonista. Rodrigo López con gran gol de cabeza y después con un tiro penal cerró la gran noche del local.
Un vestuario lleno de alegría
Felicidad absoluta en camarín de Luqueño. Abundaron las felicitaciones y uno de los más aplaudidos fue Rodrigo López, autor de dos goles.
“Muy feliz por haber contribuido para esta conquista que nos ayuda muchísimo para seguir creyendo que podemos salir adelante. No dimos tiempo al rival e hicimos un gran partido. Una noche redonda”, señaló López.
Luis Miño destacó también el gran trabajo hecho: “El equipo cada día está rindiendo mejor y nos alegra mucho este trabajo hecho. Creo que los compañeros hicieron todo bien y nos motiva para seguir luchando”.