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Mala fase auriazul
Basta con ver la tabla para determinar que no es el torneo de los auriazules, comenzando por Trinidense, que está último, luego Luqueño, que marcha penúltimo, y Capiatá, en la antepenúltima colocación.
Nuestro fútbol no se caracteriza precisamente por ser vertiginoso. Por eso sorprendió el “eléctrico” arranque local con una gran corrida de Blas Armoa y el servicio a Pablo Zeballos, quien no pudo definir.
Después, el ritmo cansino habitual. Los visitantes apelaron al control y en la acción ofensiva más clara, Vargas desvió al córner un disparo de Noguera.
El segundo tiempo fue diferente; los “escoberos” entraron con otra actitud y llegaron al tanto mediante una gran maniobra individual de David Mendieta, al que le dieron espacio para girar y rematar con potencia. Con la desventaja, el Sportivo apeló a más atacantes, para tratar de apagar el “incendio” que hubiese significado una nueva derrota. Un envío de Arévalos fue redireccionado por Guido di Vanni para establecer la igualdad y darle cierto respiro a Luqueño, que tiene mucho en nombres, pero poco en fútbol.