Nos dimos otra vez el gustazo

CONCEPCIÓN (Miguel Cáceres y Carlos Schatebehk, enviados especiales).- Así como hace cuatro años, la selección paraguaya se instaló en semifinales de la Copa América al eliminar a Brasil en la definición por penales (4-3), luego del 1-1 en tiempo reglamentario. Esta vez no sufrimos como en el 2011 y el gusto que se tiene en Chile 2015 es mayor. Ahora vamos por Argentina.

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Estamos de nuevo en las semifinales de la Copa América. Para esa gran satisfacción, el equipo paraguayo hizo méritos suficientes ante Brasil. Se le faltó respeto al copetudo rival, se le atacó desde el arranque y en ningún pasaje del partido se le dio la posibilidad de cambiar el trámite del encuentro, que a lo largo de los más de 90 minutos le fue ampliamente favorable a la Albirroja.

Aquella actitud que se mostró en el segundo tiempo ante Argentina es lo que se pedía. Así como se arrancó ante Uruguay, intentando imponer el plan táctico, se hizo ayer. A pesar del toque de “timbre” que hizo Coutinho a poco del inicio, el fútbol albirrojo superior recorrió a lo largo y ancho del campo y el gol de la ventaja era cuestión de tiempo.

A la superioridad le faltó la contundencia que sí la tuvo Brasil en un ataque iniciado por Robinho y culminado por este mismo jugador para la ventaja brasileña, sin que el debutante Eduardo Aranda llegase a la cobertura en el fondo. Ese “fantasma” de perder el equilibrio a raíz de este golpe como pasó ante los charrúas rondó inmediatamente en nuestras cercanías, pero hubo capacidad y calma para mantener la superioridad.

Cómo se iba a presentar el segundo capítulo era toda una incógnita. El frío se hizo sentir con mayor intensidad en la cancha, pero ese “calor” con el que terminó el periodo inicial se manifestó de nuevo en la segunda parte.

El fondo albirrojo impuso respeto, el medio cumplía con su objetivo a pesar de algunas dudas de Aranda. “Pájaro” Benítez fue una pesadilla para los brasileños, Derlis González hizo lo suyo y lo mejor fue el tanto del empate que vino desde los doce pasos tras una grosera mano de Thiago Silva. Quedaba mucho por jugarse, el dominio paraguayo se mantuvo, se buscó ganar, pero se tuvo que llegar otra vez a la definición por penales. En este “tren” no fue la suerte la que nos acompañó, sino la capacidad de los rematadores, a excepción de Roque, que malogró, más el temor que infundió Villar ante los brasileños.

Pasó la serie de los penales, Paraguay está invicto en semifinales y ahora va por otro grande, Argentina. Se ganó de nuevo respeto y eso debemos aplaudirlo.

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