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Olimpia salió airoso ayer frente a Luqueño en lo que fue su aparición matinal; un partido jugado en horario nada habitual que al principio generó incertidumbres en cuanto a la presencia de aficionados, pero que al final resultó toda una acertada por la cantidad de asistentes (más de 13.500).
El desarrollo del encuentro lo tuvo a un equipo auriazul con mucho protagonismo desde el arranque. Arrinconó al Decano en su terreno y generó llegadas muy interesantes, que lo hizo ver por entonces como un cuadro que podía conseguir un buen resultado.
Pero la visita tropezó con el inconveniente de no tener peso en ofensiva. Su principal referente, Pablo Zeballos, muy poco aportó, y el chico Blas Armoa fue puro entusiasmo.
En el mejor momento de la visita llegó el gol franjeado, cuando de una gran acción colectiva Riveros, de puntín, envió el esférico al arco del sorprendido Centurión.
Fue un golpe anímico muy grande para el equipo de Luque, que siendo superior recibió el tanto del que le costó recuperarse.
Aunque Luqueño recobró en parte su buen espíritu cuando el Olimpia quedó con diez hombres por la expulsión de Richard Sánchez. Este tuvo una fricción con Ariosa, levantó el brazo y el codo rozó el rostro de Sebastián, quien se tiró al piso. El hecho fue advertido por el cuarto juez, Juan Benítez, quien avisó a Julio Quintana y este sin dudar le mostró la roja a Sánchez, uno de los desaciertos.
La mejor noticia para Luqueño llegó a los 15’ de la parte final cuando Adrián Fernández con gran remate venció a Azcona y puso el 1-1. Con más ímpetu y decisión el Sportivo adelantó sus líneas buscando la segunda conquista. Estando merodeando por el área olimpista hubo una rápida salida del cuadro Decano, la pelota llegó a Fernando Fernández, quien, en posición adelantada que no fue divisada por el línea Milciades Saldívar, anotó el segundo gol ante el golero Centurión, que intentó infructuosamente salvar su arco.
El cuadro franjeado se defendió bien después ante un rival que se rebuscó por todos lados en busca de la igualdad que no llegó.
Sin una sólida demostración futbolística ganó Olimpia, dejando una imagen que no fue la mejor. La tarea arbitral otra vez quedó en deuda con más errores que aciertos de Julio Quintana.