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La inhabilitación de la ya famosa gradería Norte del Defensores del Chaco, donde acostumbra ubicarse la hinchada de Cerro Porteño, no fue sino algo premonitorio.
Al consumarse la derrota del equipo del barrio Obrero frente a su tradicional rival, prácticamente Cerro queda sin “tribuna” para discutir la obtención del título del torneo Apertura.
La novela del sector del estadio que presuntamente tiene ciertas grietas peligrosas pasó a ser el punto más comentado en la semana previa y aun en el mismo día del clásico.
En medio del descalabro total al que ha llegado la Asociación Paraguaya de Fútbol, se tuvo la cita máxima del balompié nacional, con un marco de público que estuvo lejos de ser el esperado. Olimpia confirmó el momento auspicioso que está viviendo en el campeonato, donde aparentemente nadie lo puede frenar. De ahí que el Decano se enseñoreó del clásico y lo ganó por haber sido mejor que su eterno adversario.
Ni bien arrancó el partido, una incursión de Julián Benítez en el área terminó con el cruce del golero Silva y la caída de Julián, que el árbitro Marcos Galeano consideró fingida.
En una jugada muy utilizada por Olimpia en pelotas quietas, ejecutada por Mendieta, apareció Leguizamón para marcar de cabeza el primero a los 22’.
Un agarrón de Cristian Riveros al juvenil Villalba en el área franjeada tampoco fue penal para el árbitro, quien terminó expulsando a Beltrán a los 14’ del segundo tiempo. Un golazo de tiro libre de Mendieta selló la victoria olimpista, sin importar el descuento de Domínguez.