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Una genialidad de David Mendieta marcó el desequilibrio a los 17 minutos de iniciarse el encuentro. Recepción del balón, maniobra en espacio reducido y definición. En juego, el rendimiento local fue claramente superior, al menos en el primer tiempo.
Con la necesidad a cuestas, el equipo “militar” recurrió a futbolistas más experimentados, que le dieron algo más de poder ofensivo. Y la picardía de Manuel Maciel fue clave, porque Joel Benítez le cometió un penal que lo transformó en gol el arquero Bernardo Medina.
Un castigo para el Sportivo que no se animó a aumentar el marcador y un premio para General Díaz que encontró la fórmula para al menos evitar la caída, aunque el camino que le queda es muy difícil.
Paridad entre los vecinos. Luqueño se encamina hacia la Copa Sudamericana, aunque su juego no termina de convencer. Da la sensación que tiene más de lo que demuestra.