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Inglaterra, campeona del mundo en 1966, casi siempre candidata a todo y acreedora a nada, ha vuelto quizás en el momento menos esperado, con un equipo muy joven e inexperto, a la elite del fútbol mundial.
El fútbol vuelve a casa (“Football’s coming home”) . Tal y como rezaba el himno de la Eurocopa del 96, que Inglaterra organizó con el exiguo botín de una semifinal en la que cayó ante Alemania.
Sin practicar un fútbol espectacular, doblegó a la sobria y compacta Suecia; pasó a la semifinal y desencadenó el delirio en Inglaterra, donde la cerveza fluye en unos ‘pubs’ cuyas televisiones repetirán una y mil veces las imágenes en blanco y negro de Bobby Moore alzando, hace 52 años, el trofeo Jules Rimet, en Wembley.
El primer gol llegó con un testazo de Maguire, que les hizo probar de su propio jarabe de juego aéreo a los suecos. Un perfecto centro de Lingard, en el 59, sirvió para que Dele Alli, de nuevo de cabeza, batiese por segunda vez a Olsen. El portero inglés Pickford tuvo una actuación brillante.
Estadio: Samara Arena. Asistencia: 39.991 espectadores. Árbitro: Bjorn Kuipers (Holanda). Inglaterra: Jordan Pickford; Kieran Trippier, Kyle Walker, John Stones y Harry Maguire; Ashley Young, Dele Alli (77’ Fabian Delph), Jordan Henderson (85’ Eric Dier) y Jesse Lingard; Harry Kane y Raheem Sterling (91’ Marcus Rashford). D.T.: Gareth Southgate. Suecia: Robin Olsen; Emil Krafth (85’ Pontus Jansson), Victor Lindelöf, Andreas Granqvist y Ludwig Augustinsson; Viktor Claesson, Sebastian Larsson, Albin Ekdal y Emil Forsberg (65’ Martin Olsson); Ola Toivonen (65’ John Guidetti) y Marcus Berg. D.T.: Jan Andersson.
Goles: 30’ Maguire y 59’ Alli (I). Amonestados: 87’ Guidetti y 94’ Larsson (S); 87’ Maguire (I).