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Por la cantidad de agua caída, no se le podía exigir a los jugadores de Sol y de Luqueño un fútbol dinámico y vistoso, pero sí mucha lucha y determinación para encarar el arco rival.
Y fue lo que mostraron ambos equipos, además de mucha atención, ya que en cualquier momento, un resbalón o el agua acumulada podría jugar en contra. El primero en sufrirlo fue Rodrigo Teixeira, quien se metió solo por la derecha, eludió al golero Ortiz, pero su remate, que iba directo al arco, fue frenado por el charco de agua, permitiendo que Goiri se haga del balón.
Sol también tuvo lo suyo en la ofensiva, con un remate de Ignacio Miño, que desvió el golero Chena.
Los constantes roces fueron enervando los ánimos, y una falta de Velázquez sobre Duré generó el enojo de Cecilio Domínguez, quien encaró al defensa de Luqueño, y que mereció la intervención de ambos cuerpos técnicos para que no pasen a mayores.
La etapa final fue lo mismo, con constantes llegadas a los arcos, y la más clara fue para Cecilio, quien picó fuerte el balón, permitiendo la reacción de Chena.
Despedida sin goles, que perjudicó más al auriazul, que todavía no se siente muy cómodo en la tabla de Promedios.