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La tarde nublada del domingo en Luque, con la caída de algunas gotas, se asemejó bastante al sombrío partido que protagonizaron Luqueño y Sol de América.
Los dos equipos solamente demostraron que tienen mucho que mejorar, para ponerse a la altura de las exigencias de una competencia en la cual siempre buscan llegar a metas clasificatorias para disputar copas internacionales.
El juego observado entre auriazules y “danzarines”, fue lamentable por momentos, por lo confuso, enmarañado y desprovisto de inspiración.
El arbitraje de Samaniego y la actuación de sus asistentes, también dejaron mucho que desear y obviamente la terna en cuestión no fue la excepción dentro del nivel general del referato en el campeonato paraguayo.
Las posibilidades de gol fueron escasas. Sin embargo, fue el conjunto visitante el que más veces remató al arco auriazul, que fue defendido con solvencia por el experimentado Germán Caffa.
Muchos de los remates ensayados por Álvarez y Díaz, de Sol, no tuvieron consecuencias. Pero al menos cuatro de ellos encontraron la respuesta en Caffa, quien por sus intervenciones fue la figura del encuentro.