Tregua en un momento crítico

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El oficialismo y la oposición del Sportivo Luqueño acordaron dejar de lado al menos en forma momentánea las diferencias para apoyar al equipo, cuyo bajo rendimiento pone el riesgo la continuidad del club en el círculo privilegiado, en el que acumula 84 temporadas (en tres etapas).

El movimiento República de Luque, que objeta la actual conducción y que hace poco solicitó la salida del presidente del club, Walter Benítez Ferreira, está dispuesto a hacer un paréntesis en su campaña, a modo de contribución para el mejoramiento deportivo, que en gran medida depende de lo que haga el entrenador argentino Javier Sanguinetti, quien lleva cinco partidos al frente del elenco auriazul, con un balance de un triunfo (en la Copa Paraguay), dos empates y dos derrotas (en el Clausura).

El Sportivo, que se encuentra al borde de la zona roja, tendrá el viernes un “partido bisagra” contra 3 de Febrero, a disputarse en el General Díaz, a las 18:00. Los aficionados solicitan que sean fijadas entradas populares y que los siguientes encuentros en los que le toque al Sportivo actuar como local se cumplan en Luque o en lugares cercanos, debido a la inhabilitación del estadio Feliciano Cáceres por fallas estructurales en todos los sectores.