Una fecha en la que los decanos dieron un paso más adelante en el frío domingo esteño, en tanto que azulgranas y gumarelos retrocedieron con actuaciones tan desabridas como el clima que tuvimos el lunes en la capital.
Con un gran Roque Santa Cruz, con Mendieta tan inspirado como participativo y con Richard Ortiz amo y señor de la media-cancha, Olimpia golpeó con autoridad a un pobrísimo Guaraní con un sonoro 3 a 0, que refleja tan distantes realidades en ambos bandos y, aun sin Néstor Camacho, el juego franjeado tuvo picos importantes, para sentenciar el partido mucho antes del golazo de Ortega, que cerró las cifras a favor del único líder.
Y justo el primer lunes de setiembre, con la oficialización de Osorio como DT albirrojo sonando bien fuerte a nivel noticioso, se presagiaba que ni Libertad ni Cerro dejarían pasar el triunfo en su reinserción de lleno al plano local tras haber participado dignamente de la Copa y, por sobre todo, atendiendo la modestia de sus rivales de turno.
Pero en Tuyucuá y Barrio Obrero hubo muchos peros en los últimos tiempos, tan inestables como críticos, con constantes cambios de timón y situaciones poco usuales, a la hora de encaminar un proyecto.
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Por eso, los únicos candidatos al título junto a Olimpia dieron un paso atrás en el juego y en el resultado, un doble desencanto que envolvió en muchas dudas a dos equipos que venían a buen tranco en el Clausura.
En primer turno, Libertad solo tuvo fuego en el cuarto de hora inicial para dañar al 3 de Febrero, ya que pasado ese lapso fue un conjunto gastado, sin ideas desde el banco y en la cancha, e incapaz de resolver la postura defensiva del rival, dejando pasar la oportunidad de mostrar credenciales y autoridad con vistas al gran choque del próximo domingo frente a los decanos en Para Uno.
Cerrando el frío y oscuro lunes, Cerro Porteño llegaba al choque ante Deportivo Santaní con la frente en alto tras el último acto copero en São Paulo, en el que su imagen se revalorizó en la bochornosa noche ante Palmeiras.
Pero... justo el día en el que Juan José Zapag calificó como sugestivamente “lamentable” la actuación de Guaraní frente a Olimpia, su equipo pareció hacer causa común con los aurinegros y jugó una etapa inicial paupérrima, en la que los santanianos le hicieron precio con una diferencia mínima ficticia.
Seguramente tras un par de gritos bien sonoros en el vestuario, el equipo de Jubero salió a jugar con mucho temperamento la complementaria y, gracias a eso, lo pudo empatar en tiempo de descuento, sin jugar bien al fútbol, pero con un empuje que brilló por su ausencia en la etapa inicial.
Churín bajo, Novick intrascendente, el Conejo Benítez chocando con todos y Óscar Ruiz apuntando al banderín del córner en lugar del arco contrario, son algunos de los casos puntuales que explican el fastidio que sobrevoló la Olla, aún con el agónico empate consumado, sin dejar de mencionar el muy mal estado que demostró Adalberto Román en sus dos presentaciones con la azulgrana.
Cerro Porteño merece vivir en paz, merece una tregua, jugar mejor, sentir que hay futuro, aunque sea cercano; por eso llamó la atención la declaración de Daniel Correa, exintegrante del Departamento de Fútbol, al afirmar que hay problemas en el vestuario entre los jugadores y la metodología de Jubero, algo cercano a lo tragicómico, teniendo en cuenta que el Míster apenas lleva dos semanas en el club.
Más que pasos en falso, lo de Libertad y Cerro Porteño fueron pasos para atrás, un verdadero retroceso de dos conjuntos a los que les cuesta crecer, en una temporada que ya está bien avanzada para seguir reflotando tantas dudas que parecían superadas.