Recuerdo que refiriéndose a uno de ellos (se puede aplicar a ambos) me dijo que podíamos decir la frase del artículo “Yo conocí a Mozart”, claro que no a “Mozart-Mozart”, sino a personalidades que lograron lo máximo en actividades que valoramos mucho, conocimos a Mozart, ¿qué importan sus defectos? fue un enorme privilegio, del que éramos conscientes y ambos estábamos (qué pena no poder decir “estamos”) muy agradecidos; escuchar a Najdorf me producía fascinación.
El maestro holandés Hans Ree (Ámsterdam, 15 de septiembre de 1944) cumple mañana 72 años, conoció a David Bronstein (1924-2006) jugando un torneo en Budapest en 1977, allí tuvo largas conversaciones (un cholulo como yo no puede más que envidiarlo), “cualquiera que conozca a Bronstein sabe que esto quiere decir que él hablaba y yo escuchaba”, aclara Ree en su libro “My Chess”.
Bronstein ganó el torneo y disfrutaba de la hermosa Budapest, Ree cuenta que Vlastimil Hort dijo que escuchar a Bronstein era siempre fascinante, pero que lo evitaba el día que debía jugar con él, pues “Te habla hasta la muerte”, Ree dijo que, en su caso, evitarlo ese día tal vez no hubiera impedido que perdiera, pues “era Bronstein después de todo”.
Bronstein le dijo a Ree que había jugado la Defensa Holandesa como homenaje a su país, fue una victoria bastante clara, lo superó por completo; en su libro “Aprendiz de brujo” Bronstein incluyó la partida sin comentar, con diagramas, en uno de ellos está la posición tras 31.Ca1, Ree no la recordaba bien, “Esto pasa con partidas que uno pierde, y no podía creer lo que veían mis ojos cuando vi el diagrama. ¿De verdad jugué esa espantosa movida –caballo al rincón– por segunda vez?”. Resulta que antes, en Wijk aan Zee 1970, había dado un destino igual de penoso a un caballo en su encuentro con el finés Westerinen, cuenta Ree que la razón por la que sí recordaba esa partida es porque en Wijk aan Zee se fundó un club llamado “El caballo de Ree”, un club que “para mi eterna vergüenza”, dice Ree, todavía existe.
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En su columna “Dutch Treat” de julio Ree dijo que el club tuvo la desfachatez de proponerle ser miembro honorario, “¿Estaban locos?” se preguntó, pero en junio pasado se limaron las asperezas con un match a dos partidas entre Ree y Westerinen en el club.
Bronstein había sido uno de los pocos grandes maestros que no había firmado la carta de repudio a Korchnoi cuando este desertó de la URSS en 1976, por lo que tuvo pocas oportunidades de jugar en el extranjero, pudo hacerlo en Budapest, pero no como representante oficial, (fue Aivars Gipslis), sino con visa de turista (recuerda en algo a lo que hizo Larry Evans para jugar en Cuba en 1964, burló el bloqueo al ir como periodista), pero antes de permitirle viajar se le preguntó a Bronstein si garantizaba que iba a ocupar el primer lugar (era algo habitual en la URSS), Bronstein lo garantizó, era una muestra de autoconfianza y no era algo descabellado, tenía 2.560 puntos de Elo, solo 5 puntos menos que Gyula Sax que empató el segundo lugar con Gipslis y Ree.Bronstein era entonces pesimista con la fase creativa del ajedrez por la influencia de la computadora, que fue haciéndose cada vez más necesaria, pero…”. En Budapest fue de una conversación tan encantadora e inspiradora, y tan llena de ideas originales, que su visión pesimista del ajedrez moderno era echada hacia atrás”. Mucha gente decía que las charlas de Bronstein siempre llevaban a Botvinnik, pero Ree no lo recordó esa vez.
La única vez en que pude escuchar a Bronstein fue en Lisboa, a fines de los años 90, no nombró a Botvinnik, pero dijo algo como “No soy campeón del mundo, pero aun así mi opinión tiene valor”, estaba hablando de una posición de la Apertura Española, me pareció un comentario forzado, quizás hablaba de algo que le quemaba por dentro.
Bronstein dijo que en 1951, (cuando era posiblemente el mejor ajedrecista del mundo), tras empatar el match con Botvinnik, estando tan cerca de ser campeón del mundo, (Ver Nota 587), obtener el título mundial no era una de sus prioridades; es difícil de creer para un simple mortal, pero Ree dice que tal vez sea verdad, pues “cuando eres joven y tienes buenas razones para creer que eres el mejor jugador del mundo, estás inclinado a creer que tendrás otra oportunidad”, pero esa chance ya nunca volvió.
Bronstein tuvo ideas que luego se implementaron, aunque tengan el nombre de otros, como jugar con incrementos de tiempo o jugar con posiciones iniciales de las piezas en diferente sitio, que es llamado “Fischerandom” o “Chess960”.
Veamos la partida que recordó Ree sobre su jugada 31.Ca1 ante un “Mozart”.
Hans Ree - David Bronstein
Defensa Holandesa, [A92], Budapest 1977
1.d4 e6 2.c4 f5 3.g3 Cf6 4.Ag2 Ae7 5.Cf3 0–0 6.0–0 Ce4 7.Cbd2 Af6 8.Dc2 d5 9.b3 c5 10.Ab2? [En caso de 10.Aa3 Bronstein hubiera entregado la calidad con excelente compensación tras 10...cxd4! 11.Axf8 Dxf8 12.cxd5 exd5. Bronstein recomendó 10.e3!] 10...cxd4 11.Axd4 Cc6 12.Axf6 Dxf6 13.cxd5 exd5 [Las negras tienen un peón aislado en d5, pero no es una debilidad y controla al Cd2.] 14.a3 a5! 15.Dd3 Ae6 16.e3 Tad8! 17.Tfd1 Af7 18.Cd4 Ce5 19.Cxe4? [Era necesario 19.Df1.] 19...fxe4 20.Db5 b6! [No 20...Cd3? 21.Txd3 exd3 22.Dxd3, con igualdad, (Bronstein).] 21.Tac1 Cd3! 22.Tc2 [Ahora 22.Txd3 se encuentra con 22...Ae8 23.Da6 Dxf2+ (Bronstein).] 22...Tc8 23.Tdd2 Tc5 24.Da6 Ae8 25.h3 Ad7 26.Txc5 [Bronstein indica la siguiente línea: 26.f4 Ac8 27.Da7 Dd6 28.Af1 Ce1 con ventaja negra.] 26...bxc5 27.Dxf6 Txf6 28.Cc2 Tb6 29.f3 Ac6 30.fxe4 dxe4
31.Ca1 [Y llegó “El caballo de Ree”, dan ganas de llorar, pero no es mejor 31.b4 axb4 32.axb4 cxb4 33.Cd4 b3 34.Cxc6 Txc6 35.Axe4 Tc1+ 36.Rh2 Tc2 37.Tg2 Ce1! (Bronstein).] 31...a4 32.b4 cxb4 33.axb4 Txb4 34.Cc2 Tb2 0–1
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