“Es un desastre lo que se hizo, y hasta podría decirse que se trata de un crimen nacional, por decirlo de alguna forma, esto que se hizo con el pecio del buque Paraguarí, que por mucho tiempo estuvo hundido en la zona de Puente Remanso, pues fue partido en dos y sacado a los apurones por grúas, prácticamente sin ninguna delicadeza, sin los cuidados de rigor”, sostuvo el destacado historiador naval y capitán retirado Jaime Grau, al hablar del tema con ABC Color este último fin de semana.
Según el experto, las cosas hay que hacerla bien, o no hacerla, más aún en este caso en que se trata de un objetivo de alto valor histórico para el país, y se preguntó al respecto cuál ha sido la participación de la Secretaría Nacional de Cultura (SNC), reclamando que muestren el protocolo elaborado y aplicado, a ver de dónde sacaron que una estructura naval de este tipo se puede partir por la mitad e ir “arrancando sus pedazos con una grúa. Es un buque viejo, o lo que queda de ello, maltratado por el tiempo y por la corriente del río, y no se puede tomarlo de cualquier lado y sacarlo”, remarcó el capitán Grau.
Definitivamente, se terminó “por destruir una reliquia histórica sin control sin cuidado”, insistió el historiador y apuntó que a partir de lo ocurrido lleva escribiendo como 20 páginas sobre la historia del Paraguarí, desde que salió de Europa, su importancia y su lamentable “desguace” actual.
Se completó el “rescate”
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Por su parte, el director de Obras Públicas del MOPC, Arq. José N. Kronawetter, confirmó ayer que la tarea de rescate de los restos del Paraguarí se completó la semana pasada y que el jueves se llevó la última partida al Arsenal de la Marina, cerca del Bº Sajonia. Detalló que el trabajo en principio iba a durar solo dos semanas, pero se extendió a casi cuatro, debido a que la primera grúa tuvo desperfectos, y luego se recurrió a una plataforma con grúa hidráulica.
Preguntado sobre si qué entidad o institución es exactamente la responsable del “rescate”, Kronawetter dijo que se trata de la Comisión Nacional para la Puesta en Valor del Patrimonio Tangible de la República del Paraguay, que está bajo mando legislativo, pero tiene un órgano ejecutivo del que forman parte representantes de algunos ministerios, y él participa por el MOPC.
Sobre críticas surgidas
La fuente expresó que está enterado de las críticas surgidas y puede ser que se haya saltado algunos protocolos usados para este tipo de tareas, pero que se tiene autorizaciones de la SNC, que dio el permiso correspondiente para actuar de urgencia, en primer lugar porque era un momento adecuado que no se da todas las veces, como es la bajante a caudales mínimos del río Paraguay, y segundo que, aprovechando justamente el momento, los “rapiñadores” empezaban a llevarse de a poco el hierro de los restos del Paraguarí.
Admitió que el precio de este buque de la guerra del 70 “se cortó en pedazos” para sacarlo del río, pero indicó que se va a volver a armar toda la estructura, que tiene unos 46 metros de eslora, aunque aclaró que no se sabe aún cuánto tiempo va a llevar eso. “Se puede decir que en todo esto se optó por el mal menor”, manifestó también en relación a los procedimientos utilizados y que han sido criticados.
Argumentó que la citada Comisión Nacional trabajó este año en la puesta en valor de sitios de la guerra como Curupayty, Estero Bellaco y Yataity, pero que lo del buque Paraguarí no estaba en los planes, se tuvo que hacer en carácter de urgencia.
Cuando se le hizo notar que, coincidentemente, las tareas para sacar los restos de este barco se aceleraron después de que el presidente Mario Abdo Benítez se interesó en el asunto, Kronawetter se limitó a insistir en que este rescate está en manos de la comisión nacional ya mencionada.
El Estado lo compró en 1862
El vapor Paraguarí fue adquirido por el Estado paraguayo en 1862. Es de fabricación inglesa y pesaba 400 Ton. Era de pasajeros y cargas, pero en Guerra Grande fue artillado y usado en la batalla de “Riachuelo” (Corrientes). Fue hundido tras ser chocado por el buque brasileño “Paranahiba”. Luego fue traído a Asunción y ya en el siglo XX, una firma argentina lo compró y cuando lo estaban llevando, se desprendió de su remolcador y quedó en Remanso.
