Ignoramos si los negociadores del Anexo C del Tratado de Yacyretá, cuyo producto será firmado por los presidentes Horacio Cartes y Mauricio Macri en Buenos Aires en la segunda quincena del presente mes tuvieron en cuenta estos registros, por cierto oficiales o, tal como señala el “borrador del acta de entendimiento” que trascendió en nuestro país a finales de marzo último, prefirieron adecuar la realidad a la proporción 80/20. En otras palabras, el territorio que anega el lago o embalse de Yacyretá es paraguayo en un 80% y argentino el restante 20%.
Debe destacarse que esta mensura del territorio cubierto por el gigantesco reservorio de agua del complejo Yacyretá data de la década de los ‘80 y que desde 2011 –año en que las Altas Partes Contratantes decidieron elevar el nivel del agua hasta “la cota de diseño”– hasta finales de 2016, el embalse, en promedio, tuvo una sobreelevación de 35 centímetros, con relación a los 83 msnm considerados como la cota definitiva.
No obstante, en el borrador de marras se establece que la misma distribución de territorio afectado: “A la República del Paraguay, el ochenta por ciento (80%)” y a la “República Argentina, el veinte por ciento (20%).
Si nos atenemos al texto del “borrador”, tal como nos advertía el Ing. Gustavo Segovia, exjefe de Obras Complementarias de la EBY, así com exasesor de su Consejo de Administración, nuestro país asumió esa distribución (80/20), “sin haberse realizado la obligatoria y previa verificación final conjunta por representantes técnicos de las Altas Partes”.
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Insistamos, la medición que condujo a esta distribución del daño data los años 80 y que el mar interno que crearon alcanzó los 83 msnm en 2011 y que desde esa fecha el promedio de la sobreelevación, según los registros oficiales, fue de 35 centímetros.
“Para colmo de males, y lo que es peor, no se le dio tratamiento ni consideración a la sobreelevación del embalse, mantenida ya como definitiva desde febrero 2011 por encima del nivel indicado en el tratado (cota 83,00 m) variando entre 0,50 m y 1,00”, añadía Segovia.
El hecho no es gratuito, tampoco inofensivo, el exjefe de obras complementarias de la EBY reitera que la sobreelevación del embalse “causa mayor área de inundación en territorio paraguayo con los consecuentes daños a las obras y medio ambiente”.
En entrevistas anteriores, apuntaba también que cada centímetro sobrelevado implica más energía y por ende más beneficios, para Argentina.