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El bloqueo total que hacen desde ayer los camioneros paraguayos en la cabecera del puente San Ignacio de Loyola –que une Puerto Falcón con Clorinda– no obedece directamente al cierre de los comerciantes clorindenses en el lado argentino, sino más bien al manejo de los gendarmes y funcionarios aduaneros del vecino país apostados en Clorinda.
Según denuncias de exportadores y camioneros que están hace varios días en la zona de Falcón, los aduaneros argentinos ya no despachan los camiones que van desde Paraguay por orden de los gendarmes. La explicación que les dan las autoridades argentinas es que, supuestamente, quieren evitar que los mismos queden varados al costado de la ruta en el “piquete” que hacen los comerciantes.
Sin embargo, los exportadores paraguayos sostienen que el motivo real es que están ayudando a generar caos en la frontera, como medida de presión para ayudar a “la causa” de comerciantes clorindenses y de paseros paraguayos, que es liberar el ingreso de mercaderías sin los rigurosos controles que ahora existen.
El “piquete” en Clorinda se formó a unos 1.500 metros de la zona primara aduanera argentina. Si los “piqueteros” cierran el paso a los transportistas paraguayos, violarán la ley, ya que la Justicia argentina considera el bloqueo de rutas internacionales como un delito federal, por lo que los Juzgados de las Provincias tienen la obligación de ordenar su desbloqueo.
“Si pasamos y quedamos en la ruta debido al piquete, el Juzgado de Formosa, en tres o cuatro horas, va a ordenar liberar y vamos a poder seguir. Pero la Gendarmería no quiere eso porque, evidente, no les conviene que todo funcione”, dijo uno de los exportadores, que pidió el anonimato, pero que ya estaba cansado de este tipo de situaciones.
Bloqueo en “apoyo”
La medida de los gendarmes y aduaneros argentinos llama la atención, ya que directamente contribuye con la generación del caos que se registra actualmente en la frontera, que ayer se agravó con el cierre total del puente del lado paraguayo.
El bloqueo en Clorinda es en apoyo a los paseros paraguayos, quienes reclaman al Gobierno el aumento del cupo para importación de productos frutihortícolas y la prórroga para la inscripción en los registros sanitarios, entre otros reclamos.
Cancillería se desentiende
El canciller nacional, Eladio Loizaga, afirmó ayer que la situación de los paseros es un problema de comercio interno, que debe resolver la Aduana. “No es un tema de Cancillería, es un tema con el régimen del comercio, que es una disposición de la Aduana, ellos tienen que hablar; los paseros no entran en la agenda internacional de la Cancillería”, aseveró ayer el ministro.