“A partir de este mes de enero las empresas constructoras empezaron a apresurar los trabajos”, manifestó el gerente financiero, Ricardo Ruiz Díaz, asegurando que la aceleración del ritmo de la obra no afectará la calidad de la nueva ruta. “El plazo original era de 36 meses y estimamos concluirlo en 28 meses”, dijo.
Según explicó, el tramo administrado por Tape Porã, que tiene 113,7 kilómetros, fue dividido en tres secciones de 38 kilómetros cada uno. Para cumplir el cronograma, cada frente de obra tiene que avanzar 1,6 kilómetros por mes. Ruiz Díaz aseguró que la obra demandará una inversión de 130 millones de dólares.
