“Estimaciones de las tendencias comerciales de América Latina y el Caribe” se denomina el reciente estudio publicado por el BID coordinado por Paolo Giordano, en el que se destaca, se acentúa y se generaliza la contracción de la venta de productos por parte de países de la región a diversas partes del mundo.
Se estima que en 2015 el valor total de las exportaciones de mercancías de América Latina y El Caribe pudo haber registrado una contracción de 14%. Se trataría de la mayor caída desde la crisis financiera internacional (2008), y de un resultado que llevaría el monto exportado a cerca de US$ 915.000 millones, apenas por encima del nivel de 2010. El 2015 fue el tercer año consecutivo en que las ventas externas de la región se redujeron. A diferencia de años precedentes, cuando se observó cierta heterogeneidad en los desempeños subregionales, en 2015 la contracción abarcaría a casi todos los países. El comportamiento de las exportaciones de la región participa –aunque de modo más intenso– de la tendencia instalada en el comercio mundial, cuyo valor global acumuló una reducción interanual de 11,9% entre enero y septiembre de 2015. El débil desempeño de las ventas externas de la región se explica, principalmente, por la marcada corrección de los precios de los principales productos de exportación. En ello intervienen tanto factores específicos de esos mercados como la presión deflacionaria derivada de la apreciación del dólar, la unidad de cuenta del comercio mundial. La dinámica de los precios no ha sido compensada por crecimientos importantes en los volúmenes exportados. En algunos casos, especialmente en el mercado regional, se ha verificado incluso caída de la demanda real, según el BID.
Los países sudamericanos fueron los primeros afectados como consecuencia de la baja en los precios de los productos básicos –en particular del petróleo y de los metales– así como por la desaceleración de la demanda de las economías asiáticas donde Paraguay exportó 32% menos comparado con el 2014, sin contar China, donde su envío de productos cayó considerablemente (-52%). Estos factores son también responsables de que la contracción estimada de las exportaciones de Sudamérica (-21%) –tasa que duplica la del comercio mundial– sea la que más contribuyó a la caída total regional durante el 2015.
Tendencia se mantiene
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Para 2016, los riesgos para el crecimiento de las exportaciones de la región están sesgados a la baja. Por un lado, no se vislumbran indicios de una reversión de la fase bajista de las cotizaciones de las materias primas, que se acercan a los mínimos del inicio del auge exportador a inicios de los años 2000. Por otro, el modesto crecimiento de Estados Unidos y la Unión Europea ahora se conjuga con una desaceleración de la economía de China y con una erosión del propio intercambio intrarregional, todo lo cual resta impulso a la demanda real para las exportaciones.