El dirigente manifestó que el promotor del proyecto pudo haber tenido una “mala experiencia” que le llevó a intentar legislar este tema. “Es posible que un supermercado, en un momento dado, en una hora pico, tenga una mayor concentración de gente en una caja, pero al cabo de 10 minutos ni la mosca vuela”, expresó.
Añadió que para un súper “no es tan simple” hacer lo que pretende el legislador, porque no puede prever cuándo va a llegar la gente. “Yo me voy a una farmacia, y a veces tiene más gente y tengo que esperar mi turno. La vez pasada fui para comprar un zapato, y había otros clientes y no tuve otra que esperar, y no tiene sentido legislar ese tipo de cosas. Aparte, parece que estamos generando dos clases de empresas y empresarios. Es absurdo legislar que una parte del empresariado paraguayo tenga que entrar en esta locura que plantea el proyecto de ley”, aseveró.
Cieplick también se preguntó cómo un centro comercial o de servicios podría defenderse ante una posible denuncia e imputación penal. “No hay un mecanismo o un organismo que pueda medir todo eso. Habla de una auditoría externa, pero nadie sabe cómo funcionaría todo eso”, expresó.
Alertó que nunca puede estar bien que se legisle “en forma dirigida”, pues allí ya se pierde la noción constitucional de que “todos somos iguales ante la ley”.
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