En un comunicado, este gremio señala que la reforma significaría, si no es corregida en la Cámara de Diputados, un grave retroceso en la política industrial del Paraguay, que pone en riesgo concreto la estabilidad laboral de compatriotas y aleja las posibilidades de nuevas inversiones.
“Paraguay, un país inestable e imprevisible para las inversiones” destaca el gremio y argumenta que es un contrasentido que dentro de los planes de Gobierno se invierta importantes sumas de los contribuyentes para salir al exterior y promocionar al Paraguay como un país atractivo para inversiones, cuando por otro lado cambia permanentemente las condiciones que motivaron a los inversionistas a instalar sus agroindustrias en el país.
Añade que la industria de molienda de oleaginosas es la principal en cuanto a inversión extrajera directa (IED) del país, con más de US$ 800 millones. Sin embargo apunta que, curiosamente, lo único constante en estos últimos cinco años, luego de realizarse las inversiones en 2012, fue el cambio, en tres ocasiones, de las reglas de juego en detrimento de la competitividad. Este proyecto de reforma sería el cuarto intento. Asegura que la reforma incurre en un error gravísimo: convertir a la industria aceitera en la única que debe exportar impuestos, porque será la única que no recibirá la devolución del IVA, enfatiza.