Clientes colmaron comercios del Este en los días santos

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Turistas argentinos, brasileños, uruguayos y también muchos paraguayos coparon las tiendas del microcentro esteño durante toda esta Semana Santa. Incluso durante el Viernes Santo, que solía ser más calmo, los locales estuvieron abiertos y recibieron a cientos de clientes.

CIUDAD DEL ESTE (Mariana Ladaga, de nuestra redacción regional). Desde el Miércoles Santo y hasta el sábado, las calles de esta capital retomaron el incesante ritmo de compristas y turistas entrando y saliendo de las tiendas, mirando productos en las mesitas y demás. 

Una mejor cotización del peso y del real ante el dólar ayudaron a que muchos brasileños y argentinos que aprovechan el feriado largo para conocer las Cataratas del Yguazú, crucen a Ciudad del Este para realizar compras. También varios buses con visitantes uruguayos recorrieron las tiendas, al igual que turistas paraguayos y de otras nacionalidades.

En las calles, el movimiento de extranjeros llevando compras, de tienda en tienda, y recorriendo los puestos de ventas ubicados en las veredas, fue notorio. Las ventas fueron tan importantes que varios locales trasladaron los artículos electrónicos e informáticos de mayor venta desde sus depósitos hasta algunas veredas céntricas, actualizando su stock de manera permanente y acorde a la necesidad.

Incluso cuando muchos empresarios a principios de la Semana Santa habían informado que el Viernes Santo descansarían, finalmente ante el “aluvión” de visitantes, ese día también abrieron sus tiendas, acompañando la decisión de los comercios más importantes del microcentro, que habitualmente, años atrás, estaban cerrados. La masiva presencia de turistas ayudó a mejorar también la economía de los vendedores de la vía pública, que trabajan de manera independiente, y de quienes ofertan alimentos, agua mineral, jugos o tereré.

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Varios de los visitantes, a la par que hacían compras, aprovecharon para pasear por otros puntos de la ciudad. Sin embargo, vale mencionar que con el aumento de los visitantes en el microcentro local, los problemas estructurales de siempre hicieron que la zona incrementara su imagen de caos. Las veredas desordenadas e incómodas obligaron a los turistas, como es usual, a caminar por la calzada, donde los embotellamientos fueron importantes y las colas de vehículos fueron kilométricas. Esto también se dio en el cruce del Puente de la Amistad.