Las redes de los servicios públicos de agua potable y alcantarillado sanitario son los principales causantes del pésimo estado de las calles de Asunción.
Los ciudadanos se quejan porque los enormes baches provocan daños al vehículo y además entorpecen el tránsito. Les toma más tiempo llegar a destino.
Ni la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap), responsable del sistema de alcantarillado sanitario y agua potable, ni la Comuna capitalina se ponen de acuerdo para tratar de solucionar el problema, que afecta a toda la ciudadanía.
La eterna meta anual de la Essap es “reducir” las pérdidas de agua potable que provocan los caños rotos. Pero igual sigue desperdiciando la mitad del agua tratada en su única planta de Viñas Cue.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Según fuentes cercanas a la misma, una de las principales causas de este problema es la obra mal hecha y el empleo de materiales de baja calidad en la reparación de los caños rotos y de los registros cloacales.
Una de las muestras de esta realidad es la rotura casi inmediata de las tuberías en los mismos lugares donde se hicieron las reparaciones.
No solo el agua potable se escurre en la vía pública, sino también las residuales.
En muchos casos provienen de registros cloacales colapsados y en otros casos de las viviendas, principalmente en los barrios donde no existe alcantarillado sanitario. Son siete barrios de la capital, de los 68 existentes, que no poseen el servicio.
Los vecinos deben tener pozo ciego para arrojar sus desechos, pero lo tiran directamente a la vía pública.
Pese a la existencia de leyes ambientales, la oficina de medio ambiente de la Comuna capitalina nada hace para castigar, aun cuando el líquido negro deteriora la capa asfáltica.
Uno de los exclusivos barrios de la capital, Mburucuyá, es uno de los siete que no posee el servicio.
Millones en reparación de caños
Los datos dan cuenta de que la Essap destina año a año millones de guaraníes en la adquisición de piezas de reparación de caños rotas. A esto se suman gastos en combustible y personal. Pese a la “inversión”, hasta ahora no se logra reducir las pérdidas de agua no contabilizada.
“Enemigo de las calles”
En el 2007, los concejales de la Comuna capitalina declararon a la Essap “enemiga número uno de las calles de Asunción”, porque nunca reparaba las calles después del arreglo de caños rotos.
En el 2009, cuando la intendencia estaba al mando de Evanhy de Gallegos (colorada) y la presidencia de Essap a cargo de Emiliano Insfrán (izquierda), hubo la primera pelea mediática por este problema.
Todo quedó en el anecdotario porque pasan los años y pese a los convenios firmados entre ambas instituciones, los problemas de los baches siguen campantes.