Los empresarios reunidos en la Capaco exhortan a no atrasar las licitaciones en curso ni paralizar las obras en ejecución. El ingeniero José Luis Heisecke, presidente del gremio, señaló el fin de semana a través de un boletín de prensa que el reclamo de los constructores sigue siendo que las obras financiadas con recursos propios o bonos deben ejecutar las empresas nacionales, como lo establecen las leyes.
“La Capaco no quiere que ninguna licitación de las que están en curso se paralicen y tampoco quiere que ninguna de las que están en proceso de adjudicación sufra demora alguna. Los atrasos en las obras viales no solamente tienen un costo financiero para el MOPC (Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones), sino también tiene altos costos para las empresas y para el país en su conjunto. Queremos que se avance con las licitaciones y con las obras y no paralizar nada”, insistió Heisecke.
Si bien muchas de las obras que la citada cartera ha encarado en este Gobierno se financiaron con recursos propios o fondos provenientes de la colocación de bonos soberanos, el gremio de la construcción reclama que, de ahora en más, este tipo de trabajos se realice con firmas locales. Según lo explicado, para que eso sea posible debe desecharse la realización de una sola licitación con un paquete de una mega-obra, ya que cuanto mayor es el valor de la obra más altas son las exigencias técnicas y financieras, que en muchos son inalcanzables para las empresas nacionales. Como ejemplo, la nota de Capaco señala que en lugar de construir una ruta de 200 kilómetros con un solo llamado, se podrían establecer cuatro paquetes de 50 kilómetros y así trabajan cuatro firmas paraguayas en vez de una extranjera.
Subcontratan a locales
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“Estas grandes obras, por sus altos montos, siempre están acompañadas de mayores exigencias que dejan a las empresas locales fuera de competencia; en el mejor de los casos, pueden pretender una subcontratación para evitar la paralización de sus actividades. Las constructoras locales a veces prefieren trabajar subcontratadas, obteniendo magras utilidades, porque tienen altos costos fijos y sería peor sumar a estos los de paralizar las máquinas y equipos y de despido del personal. Las máquinas y equipos paralizados se descomponen y las reparaciones tienen altos costos”, explicó el ingeniero.
De acuerdo con lo añadido, es falsa la acusación acerca de que las constructoras no quieren competir con las extranjeras. En realidad, hasta el 2013 todas las obras se financiaron con recursos de organismos externos como el BID, Focem y la Corporación Andina de Fomento, y la entrega de estos créditos estaban condicionada a la realización de licitaciones internacionales, por lo que ha habido competencia con las constructoras de otros países.
“Siempre hemos competido porque todo lo financiaban los organismos multilaterales. Sin embargo, esto ha cambiado en los últimos años; una gran parte de las obras se financia con bonos del tesoro que no tienen ningún condicionamiento, por lo que corresponde legalmente que estas obras sean objeto de licitaciones nacionales. Tampoco hay que perder de vista la experiencia de estos años, las empresas extranjeras tuvieron serios atrasos y subcontrataron a empresas locales. Las empresas paraguayas hicieron las obras, pero las ganancias fueron remesadas al exterior por las extranjeras y esto es con lo que debemos acabar”, dijo Heisecke finalmente.