La compra de Vox (Hola Paraguay), que iba a ser supuestamente la tabla de salvación de la Compañía Paraguaya de Comunicaciones (Copaco) en 2010, bajo la presidencia de Mario Esquivel, se convirtió en su peor problema.
En 2018, su pérdida económica trepó a G. 56.000 millones, mientras que en 2017 fue de G. 47.000 millones, de acuerdo a fuentes cercanas al Ministerio de Hacienda. Los saldos rojos se generaron a causa de la absorción de las pérdidas de Vox y las inversiones para reactivarla, según informes de síndicos y auditores.
Se mencionan inversiones que superan los US$ 50 millones en compras de bienes para Vox, que no generaron ganancias. Por ejemplo, en 2010 y 2011 compró por US$ 19 millones de Huawei y ZTE teléfonos celulares y tecnologías 2G y 3G (casi obsoletas, porque ya se usaba la red 4G o LTE).
Vox también obtuvo préstamos de bancos entre 2012 y 2014, bajo la presidencia de Francisco Galiano y Rogelio Benítez, por G. 81.000 millones, que fueron avalados por Copaco. Los recursos eran para instalar radiobases en zonas donde las otras compañías no lo hacían por no ser rentables.
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De acuerdo a los informes, la Copaco registró saldo rojo desde 2010 (ver infografía). La única vez que consiguió utilidades, por G. 2.500 millones, fue en 2013, por el recorte de gastos superfluos. Justamente desde ese año la asamblea dejó de aprobar los balances. A fines de este abril sería la asamblea, en la cual decidirán el futuro de la compañía. Aprobarían los cinco balances (2013, 2014, 2015, 2016 y 2017), para “empezar a ordenar los papeles y conseguir otros créditos”, según el procurador general, Sergio Coscia.
Informe de Contraloría
En agosto de 2018, la Contraloría reveló en un informe una serie de irregularidades en la telefónica estatal. Entre estas figura la falta de funcionamiento de un software que Vox compró para actualizar su sistema (Scadol). Contrató a la firma ICA Market Reserch por 10.000.000 (el informe no especifica si es guaraníes o dólares).
Hace una semana solicitamos a la actual administración, presidida por Sante Vallese, la copia del contrato firmado con ICA Market. Prometió entregarnos, pero todavía no nos remitió.
Otra anomalía señalada en la auditoría por Contraloría es la emisión de nuevas acciones de Vox en 2017 por el importe de una deuda de su propietaria, Copaco, por valor de G. 64.000 millones. Ese año Copaco-Vox era presidida por Eduardo Neri González. Cita una pérdida de US$ 8 millones debido a la conclusión tardía de un compromiso asumido por Vox en 2012 con la Conatel de un subsidio de G. 40.000 millones para desplegar fibra óptica y telefonía móvil LTE (Long Term Evolution), red 4G. Para cumplir este compromiso que asumió Vox con la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), la Copaco recurrió a préstamos bancarios, que hasta ahora sigue pagando, y que trepan a G. 81.000 millones. Dentro de este proyecto, Copaco otorgó sin licitación un contrato de US$ 10 millones a DC Ingeniería, de Luis Duarte Luraghi.
Contraloría no logró acceder a todos los documentos porque Vox se mantiene como empresa privada, pese a que es 100% del Estado.
Sindicato avaló compra de Vox
El Sindicato Nacional de Trabajadores de Telecomunicaciones (Sinattel), el mayor gremio de Copaco, “aprobó” al directorio presidido por Mario Esquivel la compra de Vox. Este mismo sindicato es el que permitió la sangría de la telefónica a causa de contratos leoninos ya sea para la provisión de bienes, servicios y tecnologías que le provocaron daños económicos por décadas. Algunos casos llegaron a la justicia y los responsables fueron condenados. Pero, otros siguen abiertos a causa de chicanas.
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