Las obras de la Costanera II siguen paralizadas desde principios de este mes, cuando CDD-Roggio, consorcio contratista, recibió la notificación del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) de que debía trasladar sus dragas a otros sitios y no anclarla en la bahía, donde estaban extrayendo el material para refulado (relleno) aparentemente sin autorización y sin respetar las prohibiciones establecidas en el pliego de bases y condiciones de la licitación.
Este pasado fin de semana las máquinas de CDD-Roggio estaban en realidad en la zona de obras, se podían ver la misma instalación y las dragas, aunque sin funcionar. Cuando les consultamos a los obreros que estaban en el sitio cuándo se reanudarían los trabajos, respondieron que no sabían, que supuestamente estaban esperando un permiso.
La diferencia de costos entre dragar el río en el punto que establece el pliego (debe ser fuera de la bahía) y hacerlo como lo venían haciendo es de unos US$ 3,7 millones, según cálculos hechos a partir de cifras que figuran en el contrato.
Ignacio Gómez, director de Vialidad del MOPC, dijo ayer que la información que tienen al respecto es que CDD-Roggio (representado por César Daniel Delgado) está posicionando sus embarcaciones (dragas) en el lugar que corresponde.
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Cuando se le consultó cuánto tiempo más de paralización llevará tal movilización, respondió que el consorcio contratista de esta obra trabaja mientras tanto en otro frente, ubicado en la zona de Primer Presidente y Capitán Lombardo.
Detalles de la obra
La segunda parte de la Costanera debe circunvalar Asunción desde donde hoy termina la primera, la avenida Gral. Santos, y extenderse, a través de la zona ribereña, hasta Primer Presidente. Tendrá 11 kilómetros en total, con sus conexiones.
Uno de los propósitos de la Costanera es descongestionar algunas avenidas, principalmente Artigas, proporcionando una vía de acceso y salida de Asunción un poco más rápida.
Cuando se habilite la autopista Ñu Guasu (Botánico-Luque) se calcula que un tráfico de 25.000 vehículos por día se dirigirán a la ya colapsada avenida Artigas.
La solución definitiva al embotellamiento llegará recién con la conclusión y habilitación (previstas para fines de 2017) de la segunda parte de la Costanera, que tendrá también una conexión con la Avda. Ñu Guasu.