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La referida curtiembre, propiedad de Gustavo Pérez, está ubicada cerca del casco urbano de San Antonio. El olor característico, al que ya están mal acostumbrados los vecinos, es solamente un indicio de todo lo que ocurre adentro.
Allí, el lunes último perdieron la vida los trabajadores Hugo Gómez y Carlos Giménez, al ahogarse en un tambor de productos químicos. Al día siguiente, vimos que los demás obreros seguían en contacto con materiales peligrosos, con vestimentas livianas y viejas botas de lluvia, sin tapabocas ni guantes.
Preguntamos en la portería si el dueño nos podía recibir, pero nos cerraron las ventanas. Pérez tampoco contestó nuestras llamadas ni mensajes de texto.
El paradero del hombre también es un misterio para la Fiscalía, comentó la agente del Ministerio Público Laura Ávalos. Los trabajadores le dijeron a la fiscala que no saben nada de Pérez desde el lamentable hecho.
Daños ambientales
Ayer, una comitiva de la Secretaría del Ambiente (Seam) constató graves daños, confirmó Patricio Ortiz, jefe de Sustancias Químicas. De hecho, esta empresa no cuenta con licencia ambiental desde el 2014, recordó.
Esta vez, detectaron mal manejo de residuos industriales y falta de tratamiento de efluentes. El informe será elevado a la Asesoría Jurídica de la Seam, adelantó.
Inacción municipal
La otra institución involucrada es la Municipalidad de San Antonio, cuyo director administrativo, Inocencio Mendoza, admitió que la curtiembre carece de permiso municipal desde hace ocho meses, aunque estaban dispuestos a esperarles hasta junio, pues se trata “solo de un trámite administrativo”.
El control ambiental es responsabilidad de la Seam, y la verificación de las condiciones laborales, del Ministerio del Trabajo, argumentó.
Por su parte, el reelecto intendente, Raúl Mendoza (PLRA), reconoció en contacto con ABC Cardinal que sabían de la actividad ilegal de Inducuer SA. De hecho, el jefe comunal vive a pocas cuadras de la fábrica, por lo que conoce “perfectamente” lo que ocurre, denunciaron familiares de las víctimas.