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El consumo de la energía eléctrica es un parámetro que puede ser utilizado para medir el crecimiento económico, pero a pesar del importante incremento registrado en los últimos años en esta materia, la economía paraguaya no tuvo un comportamiento en la misma proporción, según señaló Alberto Acosta Garbarino durante su ponencia, en el marco del reciente Congreso de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), organizado por la ADEC.
Argumentó que la asimetría entre el consumo eléctrico y el crecimiento económico prueba la gran informalidad en dos sentidos; uno a la evasión de impuestos, y otro, en el no pago por el servicio a la ANDE.
Por otra parte, consultamos ayer sobre el tema a Sebastián Acha, de Prodesarrollo, quien expuso en el mismo foro sobre economía subterránea. Acha explicó que la medición en este rubro es más sencilla de realizar en Paraguay porque la misma empresa es la que factura y se encarga de la transmisión y distribución de la energía eléctrica hasta el usuario final, a excepción de las colonias menonitas del Chaco y Villarrica, por la tercerización. “Comparando los datos de la ANDE, en materia de distribución, consumo y facturación, encontramos que existe una gran asimetría, hay aproximadamente un 40% de diferencia entre las series de datos de demanda de energía con la de su facturación o utilización registrada, según el estudio de informalidad de Prodesarrollo”, señaló.
Destacó que hay una pérdida escandalosa de energía distribuida por la que no se cobra, que en muchos casos tiene causa política. Puso como ejemplo los barrios populares, los asentamientos humanos irregulares, incluso en los nuevos barrios populares, que apenas reciben formalmente sus casas, y las familias, que al terminar el acto de toma de posesión de vivienda ya cuelgan sus alimentadores en forma directa de las columnas de la ANDE. Así también vemos, en las veredas ocupadas en el Mercado Cuatro, comercios o locales con heladeras y split que no tienen medidores y están directamente “enganchados” a las columnas, así también muchas paradas de taxi, pancheros, etc., que consumen sistemáticamente energía eléctrica en forma irregular y tampoco dan factura, etc.
“Es una costumbre enraizada en el prebendarismo. ‘Por esto no se tiene luego que pagar’, dicen muchos, pero la ANDE debe cobrar”, comentó.
Récord de consumo
La energía suministrada al Sistema Interconectado Nacional (SIN) en el 2017 por parte de la central hidroeléctrica de Itaipú fue de 13.454.277 megawatts/hora (MWh), registrando un crecimiento de 19,8% en comparación al año 2016, según informó la Binacional en enero de este año.
Por otro lado, si se considera la energía suministrada a la ANDE en el año 2017 por todas las fuentes de generación, de 15.649 GWh, y se compara con el consumo facturado en las distintas categorías, 11.142 GWh, de ese año, se tiene una pérdida total del 40,4% (pérdidas en transmisión, en distribución, robo, consumos internos).