La Contraloría, en una nota del pasado 16 de setiembre dirigida al director de Aduanas, Nelson Valiente, dice que esta “institución deberá implementar las medidas necesarias a fin de regularizar totalmente las situaciones observadas, para lo cual tendrá que elaborar y poner en marcha un plan o programa de mejoramiento” y anexar “los documentos respaldatorios” en un plazo no mayor a 30 días hábiles.
Entre las inexactitudes se cita que “el saldo expuesto en el balance de comprobación de saldos y variaciones al 31/12/2014, de Recaudaciones a Depositar, fue de G. 107.759.073.156. Sin embargo, el saldo informado por la DNA (sistema Sofia) fue de apenas G. 1.591.398.249, arrojando una diferencia no informada de G. 106.167.674.907”.
Al respecto, Aduanas alegó “un error ocurrido al momento de la confección del informe”, pero la corrección dio de nuevo cifras que no se corresponden con los montos puestos en duda.
La Contraloría llama también la atención sobre otros desórdenes, como el hecho de que “la información remitida carece de identificación –nombre o apellido y/o razón social– de las duplas importador/despachante, e inclusive en la mayoría de los ítems, no proporciona la información en los campos ‘tipo de persona vinculada y número de documento’”. Esta situación “demuestra la vulnerabilidad de los controles)”, añade la CGR.
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Además, se pudo comprobar que Aduanas “no cuenta con un manual de procedimiento en el área de recaudaciones”, ni con “indicadores de gestión sobre las recaudaciones”. Por otro lado, “mantiene su procedimiento discrecional de selección de canales, manteniendo listado de importadores que cuentan con preferencias en la asignación de canales de selectividad”, a pesar de haber sido observado ya por ello en varias ocasiones por la CGR.
Hay también diferencias entre despachos físicos (liquidación de tributos) y los del Sistema Sofia, y entre montos expuestos en la página web e informes del departamento de conciliaciones.