Director argentino de la EBY admite que hubo “desviaciones” del Tratado

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El director argentino de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), Humberto Schiavoni, admitió ayer que hubo “desviaciones” de los fines establecidos en el Tratado de 1973, que a su vez produjeron “distorsiones” económicas y financieras que buscan corregir. Estiman que en menos de un mes presentarán una propuesta de reingeniería financiera para hacer viable el emprendimiento.

Luego de ser recibidos en Mburuvicha Róga por el presidente de la República, Horacio Cartes, los miembros del Consejo de Administración de la EBY y del Comité Ejecutivo tuvieron su reunión ordinaria en Asunción. Antes del encuentro, el director argentino Humberto Schiavoni accedió a una entrevista exclusiva con ABC Color y reiteró la predisposición del gobierno de Mauricio Macri de solucionar los temas pendientes, sobre todo, el relacionado con el aspecto económico y financiero de la entidad.

–¿Cuáles son los temas prioritarios que tiene por delante en su gestión?

–Los temas que tenemos que trabajar pasan prioritariamente por la rehabilitación de todas las turbinas de la central, que son nuestro corazón y tenemos que cuidarlo. Si bien se están haciendo los mantenimientos y cosas estructurales, estamos evaluando cómo se las utiliza. Son temas técnicos que tienen también otras aristas de decisión que estaremos tomando este mes.

–¿Cómo encontró la entidad desde el punto de vista administrativo?

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–Estamos trabajando en toda la racionalización administrativa y funcional de la entidad, que parte de un concepto que a mí me llamó la atención. Yo estuve entre el 2002 y 2003 y no había visto esto, que son dos entidades totalmente separadas, no hay punto de contacto entre ambas márgenes. Esto no pasaba antes y ahora son dos entidades separadas. Es probable que por las características de las obras que se hicieron en la última década, más vinculadas a los planes de terminación de cada margen, eso haya contribuido a separarnos; pero hoy lo que nos une es la central, los grandes proyectos y eso, es una sociedad directa.

–¿Ya tiene un diagnóstico de la situación administrativa y financiera?

–Estamos haciendo auditorías en ambas márgenes, que básicamente tienden a racionalizar los recursos y a optimizarlos y volcarlos todo sobre nuestro negocio, que es la central y el gran tema de eliminar las distorsiones que el tiempo y la demora ocasionaron, sobre todo la ecuación económica y financiera de la entidad. Estamos trabajando en un esbozo que calculo en unos 30 días más lo tendremos para discutir sobre la deuda.

–¿Cuál es su visión sobre la deuda de la entidad?

–Hoy tenemos una entidad con una deuda que la hace infinanciable y además, impagable; o sea, estamos en el peor escenario, no la podemos pagar ni podemos obtener nada y si nosotros hablamos de la repotenciación de la central y Aña Cua vamos a necesitar oxígeno y la verdad es que si ponemos la deuda al costado es altamente rentable la central hidroeléctrica. No tenemos que romper nada ni atajar el río. Es la posibilidad que tenemos de crecer a corto plazo, porque fijate las centrales que tenemos en el sur (NdR: se refería a las hidroeléctricas Néstor Kirchner y a Jorge Cepernic); primero que son altamente ineficientes, porque tenemos casi tanto de costo para hacerla como para llevar la energía. Además que es menos de la mitad de la potencia que hay en Yacyretá.

–¿Se van a dejar de lado esos proyectos?

–Se están revisando los dos proyectos, porque hay problemas técnicos y ecológicos, además que tampoco están determinados los precios. Era un negocio en el que los chinos ponían todo y de este lado participaba Electroingeniería, pero cuando digo que los chinos ponían todo, es que no te dejan poner ni un tornillo, traen absolutamente todo.

–Volviendo a Yacyretá, la posición paraguaya es arreglar primero las cuentas y luego las obras...

–El arreglo financiero no es una cuestión de capricho o de querer hacer o no. No se puede hacer lo uno sin lo otro, no es viable. Se tiene que hacer la reingeniería financiera. Para eso estamos elaborando una propuesta que pueda eliminar estas distorsiones y que pueda transformar a Yacyretá desde el punto de vista financiero, porque de otra manera no va a poder encarar con éxito los desafíos que tiene.

–Cuando habla de distorsiones ¿a qué se refiere?

–Hay un racconto que es muy explicativo: el Tratado se firma en 1973 y entra en vigencia en 1974. El Tratado decía que siete años después de su firma tenía que entrar a operar la primera turbina, que sería en 1981; pero, recién en 1983 se licitó la obra civil y en 1986 el equipamiento electromecánico. Recién en 1994 empezó a generar la primera turbina y la turbina 20 terminó en 1998; pero, recién en 2011 se empezó a trabajar en la cota de diseño, por lo cual tuvimos un tiempo muerto entre 1974 y 1994, que fueron solo gastos; en consultorías, en proyectos ejecutivos, en todo el proceso licitatorio y administrativo, etc. y cero generación. En 1994 se empezó a generar, pero prácticamente a un 50% de lo que estaba previsto en el proyecto. No se pudo generar al 100%, o sea que tuvimos otros 13 años y medio en los que tuvimos que afrontar compromisos generando el doble de lo que tuvimos que estar generando, incrementando el déficit. O sea, entre 1994 y 2011, la deuda creció casi lo mismo de lo que se facturó, unos US$ 7.000 millones, porque hubo algunos aportes de capital, pero era imposible financiar porque en medio tenían que hacerse las obras complementarias y atender los costos operativos de la central, o sea que, evidentemente, el tiempo produjo distorsiones muy fuertes sobre toda la ecuación económica y financiera. ¿Culpa de quién? De un mal proyecto, de un mal proceso licitatorio, de las crisis institucionales de la Argentina, de las crisis institucionales del Paraguay, de la situación financiera internacional, etc. Lea mañana: Planean repotenciar turbinas.