El Acta garantiza al mercado argentino energía de Yacyretá por otros 30 años

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El Acta de Entendimiento sobre Yacyretá, aún cuando “normalice” el funcionamiento de la entidad binacional, no solo obliga a nuestro país a compartir el peso de una deuda de cuya acumulación es responsable solo en un 6%, a autocompensarse por los daños que le provoca el embalse del complejo hidroeléctrico, además, garantiza al mercado argentino energía limpia y de menor costo por otros 30 años, según la Aisep o, en el peor de los casos, por otra década, de acuerdo con el diputado argentino Alfredo Schiavoni, hermano director de la EBY.

El Ing. Orlando Valdés, presidente de la Asociación de Ingenieros del Sector Eléctrico Paraguayo (Aisep), enfatiza que en Yacyretá siempre hubo restricciones físicas para retirar la energía paraguaya de la central.

Con la intención de sostener esa conclusión, Valdés recuerda que la usina binacional comenzó a producir sin que la ANDE tuviera una línea de transmisión para retirar al menos una parte de la energía que pertenece a nuestro país.

Siguió relatando que luego, la estatal construyó una línea de 220 kV, que le permitiría aprovechar hasta 200 MW. Después de varios años tendió una segunda línea, preparada para operar en 500 kV, con la cual la empresa eléctrica aumentaba su capacidad de aprovechamiento de la potencia de Yacyretá hasta 400 MW.

No obstante, apunta el especialista compatriota, esa capacidad “no era real”, sencillamente porque dentro de la usina solo había un par de transformadores de 200 MW cada una para rebajar la tensión de barra de la central de 500 kV de 200 KV, para entregarla a la ANDE.

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El relato del técnico en momentos se vuelve anecdótico. “Casualmente”, enfatizaba la mayor parte del tiempo, a lo largo de estos años, un transformador “permanentemente se encontraba descompuesto”.

Curioso o divertido, el caso de referencia hace visible la “muralla” técnica que impedía a nuestro país ejercer su soberanía en Yacyretá, ni siquiera sobre una parte de su patrimonio.

El otro eslabón de esta cadena de abusos e intentos de justificación, o simplemente de estentóreos silencios de complicidad, constituye el hecho de que el electroducto que había preparado la estatal para que operase en 500 kV desde su estación de Ayolas, según el ingeniero Valdés, demoró muchos años para que prestara servicio en esa tensión por otra llamativa ineficiencia técnica: “debido a la falta de adecuación de las posiciones de salida de esta línea en la central”. “Esta línea operó en 220 kV durante una década y más”. Añadió que recientemente, luego de numerosas reuniones, estudios y asignación de recursos lograron energizar la línea en 500 kV, pero con una condición, “que su capacidad de transporte tenga un límite: 700 MW, a pesar de que con la misma pueda retirarse hasta 2000 MW”, agregó.

El último eslabón sin dudas es la línea de 500 kV que la ANDE tiende entre Yacyretá y Villa Hayes, con capacidad para otros 2000 MW; pero lo inexplicable es que “los trabajos de adecuación no están hechos hasta la fecha”.

La muralla técnica que impidió –aún nos impide– aprovechar nuestra energía en Yacyretá quedó visible, no así el perfil o la filiación de sus responsables. “Esta situación se volvió insostenible. Eso explica el Acta de Entendimiento. Una forma más elegante de obtener el misma resultado”, agregó.

“Cambiar algo para que nada cambie”, es la simplificación de la máxima gatopardiana, en otras palabras, en Yacyretá cambiarán el material con el que construyeron la muralla, pero esta sigue intacta.

La Aisep hizo una estimación de la “probable evolución del costo de la energía de Yacyretá” en los siguientes 30 años, obviamente según los datos del Acta, “y la comparamos con la tarifa de Itaipú, así como con la que se debió tener en Yacyretá si se aplicaba el numeral IX del Anexo C, añadió el técnico.

De la simulación infieren que la tarifa de Yacyretá, con la carga de las obligaciones que asumieron en el Acta, promediará unos US$ 40/MWh en los próximos 30 años, “con picos superiores a US$ 50/MWh desde el 2023”, detalla.

La conclusión se precipita, “con estas tarifas, la ANDE preferirá retirar potencia y energía de Itaipú”, cuya tarifa gira hoy en torno a US$ 36/MWh, “considerando la energía adicional y otros arreglos y que desde el 2023 caerá a US$ 20 o a menos por MWh”.

Expuestas las premisas, todo silogismo tiene una conclusión: “la apropiación argentina de la energía paraguaya en Yacyretá continuará “a precio de costo, más una propina que se llama compensación”.

Visto que el parque generador argentino es fuertemente térmico e inclusive deficitario, “el costo artificialmente elevado de Yacyretá, antes que afectarlo le beneficiará”, concluye el ingeniero Orlando Valdés.