A criterio del economista, el desafío es grande, por lo que en el sector privado hay compromisos de acompañar todo este proceso y esperar que también los demás sectores lo hagan, como es el caso de los poderes del Estado.
Barreto dijo que en un eventual caso de que Paraguay no pase el examen y vuelva a la lista gris de GAFI, una de las consecuencias sería que el sector financiero local pierda las cuentas de corresponsalías, principalmente en los Estados Unidos, o termine concentrándose solamente en uno o dos bancos, un poder monopólico, para realizar las operaciones.
Explicó que esto hará que no se puedan realizar transacciones de pagos o cobranzas por el comercio internacional, un tema muy complejo que dejará al país sin poder operar en un caso extremo.
Sobre este punto, indicó que tras la multa que se había aplicado a bancos de Estados Unidos por dejar pasar transacciones de lavado de dinero, hace como tres años, estos empezaron a restringir la apertura de corresponsalías e incluso la mantención de las cuentas.
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Esto se dio, añadió Barreto, especialmente en los países donde el riesgo de lavado de dinero es más alto y esta situación afectó a nuestro país, “hace dos a tres años que venimos con este tema y cada vez es más complejo”, afirmó.
