En el lugar conocido como 4 Bocas, la Policía Nacional instaló una pequeña comisaría; ocho agentes hacen turnos rotativos en dos grupos.
La comisaría se encuentra fuera del asentamiento Guahory, unos 300 metros antes de llegar a uno de sus puntos de acceso.
La invasión se montó a lo largo de un camino público que termina en el portón del establecimiento ganadero de la familia Hildebrand.
El camino es público pero ni siquiera los agentes de la Policía Nacional pueden ingresar sin comunicar previamente a la dirigencia de los invasores qué necesitan hacer dentro del lugar.
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Los vehículos que pertenecen a los Hildebrand están todos registrados en una planilla: marca, modelo y número de chapa. Si corresponden al establecimiento, pueden utilizar el camino público.
La Policía Nacional, no. Tiene que pedir permiso.
En el caso de propietarios de las tierras invadidas, ninguno puede acercarse al sitio, ni siquiera a los puntos de vigilancia; de hacerlo, se realizan disparos de advertencia.
Una vez que te disparen ya es suficiente para no volver al lugar.
El terror fue impuesto en Guahory para paralizar a unos 150 pequeños propietarios que tienen sus tierras invadidas. El miedo y la incertidumbre son una constante en el lugar.
Lo sabemos por experiencia propia: los invasores intentaron emboscar el móvil de ABC Color. Logramos evitar el cerco pero el dirigente Juan Ángel Bogado intentó atropellarnos con un tractor de su propiedad.
Ocultan maquinaria en Guahory
Aparte de disuadir a los propietarios de cualquier intento de verificar el estado en que se encuentra su propiedad, el sitio en Guahory tiene también otro objetivo: ocultar la maquinaria que trabaja en el lugar.
La dirigencia de los invasores tiene maquinaria agrícola en el asentamiento, trabajando en el cultivo de granos.
El senador Luis Alberto Wagner miente al decir que los campesinos trabajan con “arado de madera y azadas”.
Podemos mencionar a los dirigentes Benito Brítez; Rodolfo Candia; Elvio Brítez; Juan Ángel Bogado; Santacruz Guerreño; Gaspar “Papito” López, son algunos de los invasores con maquinaria.
El Partido Liberal Radical junto con el Frente Guasu defienden la expropiación de casi 150 pequeñas propiedades para entregar a campesinos que tienen tierras, pero que invadieron los lotes de sus propios vecinos.
El mentiroso de Wagner describe en Asunción una situación que no se compadece de la realidad: Guahory se invadió con fines políticos, pensando en las elecciones del 2018. Fácil pero injusto es hacer campaña política con tierra ajena.
Peor aún tiran sobre las espaldas de los contribuyentes el pago de una expropiación que busca beneficiar a campesinos con tierra a cambio de votos para sus candidatos, sin importar las consecuencias.
