El subsecretario descartó la posibilidad de que la merienda escolar corra riesgo de suspenderse en 2016 por falta de pagos, como teme que suceda el gobernador del departamento Central, Blas Lanzoni. “Eso no es así”, dijo Ramírez, argumentando que trabajarán con las gobernaciones en los primeros días del próximo año para ver las alternativas existentes entre los recursos del Tesoro y otras partidas asignadas que tienen las entidades, para cubrir los compromisos pendientes o por lo menos gran parte.
Lanzoni alertó que más de 180.000 niños de 1.200 instituciones educativas perderán la merienda el año venidero por la millonaria deuda de las gobernaciones con proveedores de leche, pancitos y almuerzo.
La Cámara Paraguaya de Industriales Lácteos informó que solo a ese sector la Gobernación de Central adeuda G. 19.100 millones desde 2013 hasta la fecha y que la misma se vuelve insostenible, por lo que si no hay pagos ya no se podrá seguir con la provisión en el siguiente ejercicio. Lanzoni había detallado que la deuda no es solo con quienes suministran el “vaso de leche”, sino también con proveedores de almuerzo y pancitos, con lo que el total ronda los G. 30.000 millones.
“Vamos a trabajar con ellos para tratar de sanear totalmente”, añadió Ramírez e insistió en que se buscará cubrir las deudas antes de la fecha tope (28 de febrero) establecida para pagar la deuda flotante del ejercicio anterior. Según el viceministro, las gobernaciones recibieron importantes fondos el año pasado y este año y que, en el caso de Central, pese a ser muy dependiente de recursos del Tesoro, tiene otras fuentes que debería asignar “si esta es su prioridad principal”.
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Sostuvo en ese sentido que las gobernaciones disponen de otras fuentes de financiamiento, como el Fonacide, que una parte puede ser asignada a alimentos escolares, al igual que royalties, impuesto inmobiliario, IVA y juegos de azar. Dijo que dentro de ese conjunto de recursos la asignación en función a prioridades las establecen las gobernaciones.
La falta de dinero para merienda escolar no tiene sentido cuando hay otras instituciones cuyas autoridades despilfarran recursos en secretarias y asesores “de oro”, y en gastos superfluos sin justificación alguna.
