Un bajón importante, de cerca de 400.000 cabezas, registró el hato bovino nacional, según informó el titular del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), Dr. Hugo Idoyaga, quien explicó que dicha caída se debe principalmente a dos cosas: la inundación de importantes zonas ganaderas desde mediados del año pasado, afectando en épocas críticas para la preñez y cría del ganado, y en segundo término la apertura de gran cantidad de nuevos mercados para nuestra carne, lo que produjo una aceleración en el ritmo de faena.
Otras fuentes argumentaron una tercera causa de la retracción pecuaria, que es la diminución del precio del ganado. Esta situación hizo que muchos ganaderos, para cubrir sus compromisos financieros, se vieran obligados a vender para faena una mayor cantidad de hembras que lo acostumbrado.
Recordemos que tras cuatro años de sostenido crecimiento del hato, 15% en ese lapso, en setiembre del año pasado el Senacsa advirtió de un estancamiento en ese sentido, como consecuencia de la gran inundación de muchas zonas ganaderas registrada en el 2012; y aunque en aquella oportunidad no se habían producido muertes, perjudicó el índice de preñez y de las pariciones. Además, en 2014 se alcanzó un récord histórico de faena, con dos millones de cabezas.
Creció morosidad
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En otro orden de cosas, el titular del Fondo Ganadero, Martín Maciel, informó que la morosidad aumentó en dicha entidad financiera, que del 5% en 2014 pasó a más del 10% en 2015.