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Blanco llegó ayer hasta nuestra redacción para responder a la denuncia realizada días pasados por los abogados Gabriel Zayas y José Prieto, que lo vincula a un supuesto esquema que consigue tierras en el Chaco, vía prestanombre, en connivencia con el Ministerio Público.
Concretamente, los abogados habían dicho que el hijo del ministro de la Corte pretende el lote 102 de la colonia Américo Picco (distrito Mariscal Estigarribia, Boquerón), pero que intenta quedarse con el inmueble a través de una solicitud que hizo Roberto Gómez ante el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert).
Según esa denuncia, publicada días pasados por ABC, el fiscal Alan Schaerer del Chaco está involucrado en el esquema, ya que llevó adelante un operativo que en la práctica fue un desalojo, en detrimento del ocupante del lote mencionado, el señor Basilio Kadíkalo, representado por Zayas y Prieto.
Pero Blanco negó categóricamente tales afirmaciones. Ayer, mostró un poder que le otorgó el señor Gómez en 2013 y con base al cual promovió acciones en torno al lote 102. Añadió que la familia Kadíkalo es la que está en situación irregular y pretende despojar a su cliente de las tierras, que fueron solicitadas, según dijo, con anterioridad ante el Indert y que tiene mensura judicial, además de posesión.
Alegó que en un momento dado, su cliente pierde la ocupación porque el otro grupo que puja por el lote lo sacó “a punta de pistola, probablemente”. También dijo que uno de los Kadíkalo tiene antecedentes de falsificación de documentos. Específicamente, dijo que falsificó un plan de uso del suelo y que por este caso fue condenado por producción y uso de documentos de contenido falso.
Al mismo tiempo, está en conflicto el lote 103, que es colindante y que es pretendido por Pelayo Mereles. Al respecto, señaló que en este caso, las tierras ya tienen título del Indert a nombre de otro de sus clientes, llamado Jorge Willigs. Mostró la copia del título de propiedad, que el ente rural le otorgó en el 2011, durante la administración de Erico Ibáñez.
Los abogados Zayas y Prieto habían dicho también que tras el atropello de Blanco en el lote 102 encabezado por el fiscal Schaerer, “desaparecieron” decenas de cabezas de ganado que Kadíkalo tenía en el sitio. Al respecto, Blanco dijo que no existió el robo denunciado y que presumen que Kadíkalo nunca tuvo animales, sino que en los papeles de Senacsa figuran animales del padre de este.
Ante este conflicto, el Indert se lava las manos. El interventor de la Dirección de Región Occidental del Indert, Carlos Soler, dijo a ABC que recién después de la resolución judicial determinarán a quién adjudican.