Iglesia Católica no hizo mucho por casadeños

PUERTO CASADO, Alto Paraguay. La Iglesia Católica cuestiona con dureza la presencia de la Secta Moon en el Alto Paraguay. Las críticas, aunque lo niegan, obedecen a un trasfondo religioso. Resulta interesante notar que la jerarquía católica tampoco hizo mucho por ayudar a los casadeños a superar los graves problemas económicos que enfrentan.

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El lunes 11 de agosto publicamos el artículo número siete de la serie de notas ‘‘Nueva historia en las tierras de la antigua Carlos Casado’’, basado en una serie de entrevistas sobre la presencia de la Secta Moon en Puerto Casado. La cobertura de la asunción presidencial obligó a una suspensión momentánea de las publicaciones, que ahora retomamos.

El cuestionamiento principal a la Secta Moon, por las autoridades de Puerto Casado, es la posesión de poco más de 500 mil hectáreas de tierra, que fueron adquiridas en el año 2000 de la firma Carlos Casado. El municipio, en cambio, posee 262 hectáreas como casco urbano y 2.200 hectáreas para actividades agropecuarias.

El resultado de esta situación es el pedido de expropiar 158 mil hectáreas, que se consideran necesarias para que los casadeños puedan superar la dependencia que tienen de los puestos laborales que se puedan generar a través de la empresa que ahora es propietaria de las tierras, Victoria SA, controlada por la Secta Moon.

En la plenitud de la actividad fabril, Casado SA llegó a tener 7.500 obreros y empleados, número que también fue declinando a medida que se reducía el comercio del tanino, por la aparición de productos sintéticos para el curtido del cuero. En 1996, cuando la empresa cerró definitivamente la producción de tanino, las personas que trabajaban en ella llegaron a su mínima expresión.

Llama la atención el fuerte cuestionamiento de la Iglesia Católica a la presencia de la Secta Moon en Puerto Casado, acusando a Victoria SA de no cumplir su compromiso de dar trabajo a los casadeños.

En primer lugar, Victoria SA no tiene ninguna obligación (entendida como tal) de dar trabajo. Segundo, ¿por qué la Iglesia Católica no llevó inversionistas a Puerto Casado, si la población ya quedó sin fábrica en 1996? Ahora que llega la Secta Moon sacan a relucir cuestionamientos, sin haber brindado una cooperación real para que la población pudiera alcanzar mejores condiciones de vida.

Existe un tercer factor de singular importancia: Victoria SA comenzó su programa de inversiones agropecuarias en 2001 y no se pueden exigir resultados en apenas dos años de instalarse en la región, menos aún que pueda convertirse en opción laboral para mil o dos mil personas de Puerto Casado.

La Iglesia Católica, con habilidad, utiliza la desesperación de la gente (por la falta de trabajo) para fomentar el descontento. El estómago vacío es el peor enemigo que se puede tener enfrente y en Puerto Casado sobran las familias que apenas tienen para comer una vez al día. Lo peor del caso es que se presenta a la Secta Moon como responsable de la crisis económica que enfrenta la comunidad.

Tampoco pueden mezclarse las acusaciones que giran en torno a la Secta Moon. Este grupo religioso es objeto de investigaciones en diversos países, por supuestos delitos de lavado de dinero, tráfico de armas y otros. Llama la atención el extraordinario crecimiento económico del grupo. En este mismo momento las autoridades del Brasil tienen bajo la lupa las inversiones inmobiliarias de la Secta Moon.

Las autoridades judiciales y policiales de nuestro país tienen la responsabilidad de investigar a la Secta Moon, si existen sospechas de actos delictivos en el país. Se puede apelar a mecanismos de cooperación internacional para determinar si los delitos son supuestos o reales.

Hacer una bolsa común los cuestionamientos para desacreditar a la Secta Moon es mentir a una población desesperada, como es el caso de los casadeños. La Iglesia Católica no movió nunca un dedo para mejorar las condiciones de vida en el Alto Paraguay en general y en Puerto Casado en particular. Ahora que viene un grupo religioso al que consideran peligroso se acuerdan de la necesidad de trabajo, de tierra y de condiciones dignas de vida.

Las inversiones que Victoria SA lleva a cabo en Puerto Casado podrán ser una alternativa laboral interesante para los pobladores, pero aquellos días en que una sola fábrica daba miles de puestos de trabajo se acabaron y es probable que nunca volverán.


PRÓXIMA NOTA: Inversiones en Puerto Casado
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