Se puede incluso ir más allá, con 15 gestiones básicas que están en el manual de funciones, que ni siquiera está publicado. “Esa auditoría hagámosla con un representante de los contribuyentes, que dicho sea de paso falta en nuestro país. Es uno de los pocos que no tiene la figura de la defensoría de los contribuyentes”, propone Ruoti.
Sugiere, además, que se nombren instituciones que apoyan a nuestro país, como son el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Centro Interamericano de Administradores Tributarios, etc., para que conjuntamente con representantes de los contadores, auditores, formen parte de esa auditoría de gestión tributaria y se demuestre por escrito que se cumple la resolución.
Ruoti dice conocer la gran trayectoria del ministro Peña y su gran preparación nacional e internacional para la administración de la cosa pública. “Tengo en mi mano la Resolución Nº 265 del 21 de agosto de 2014, por la cual se aprueba la nueva estructura orgánica de la Subsecretaría de Estado de Tributación del Ministerio y su correspondiente manual de funciones”, expresó.
Llama la atención que dicho manual no esté publicado –con ello se viola el Art. 188 de la Ley 125, que obliga a su publicación–. En este manual se establecen las funciones de 7 departamentos, 7 direcciones a su cargo, que empieza con una Dirección de Asistencia al Contribuyente, de créditos fiscales.
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Pasa por una Dirección de Grandes Contribuyentes, Recaudación y de oficinas regionales, Dirección de Fiscalización Tributaria, Planificación y Técnica, de Tecnología de la Información, Dirección de Apoyo, Administración y Finanzas, y luego va a las diferentes unidades. Eso es una obligación de quien asume la cartera de Hacienda y el Viceministerio de Tributación, dijo.
De acuerdo a ese mandato legal, a cada una de dichas unidades le corresponde y tiene la obligación de planificar, planear, seleccionar, dirigir, ejecutar, controlar y evaluar. El cumplimiento de la gestión de la viceministra de Tributación y de su jefe, el ministro de Hacienda, va a ser que en cada una de estas direcciones se cuente con un plan escrito, pautas para dirigir el plan, coordinarlo, ejecutarlo, con el control de ese plan y la evaluación. “No lo pido yo; es una obligación que tiene en 7 direcciones, y el ministro también debe pedir cuentas. Esa obligación es del ministro”, insistió.
La pregunta al secretario de Estado es la siguiente: “¿Conoce usted la Resolución Nº 261 del manual? Damos por hecho que, como forma parte de su cartera, usted conoce y ha solicitado a la viceministra que le rinda cuentas de cada una de sus reparticiones”. Porque si se está seguro de la excelencia de una gestión tributaria, ¿por qué no se hace una auditoría de ella?, concluyó.
